La convicción de Borja Iglesias
Las cualidades y la transcendencia de Borja Iglesias en el Real Betis son un hecho consolidado desde hace tiempo. Goles y rendimiento para el flamante y merecido internacional, -probablemente lo debió de ser antes-, que gracias a su determinación y convicción en sus cualidades supo revertir un inicio complicado en sus ahora lejanos primeros meses como verdiblanco.
Las capacidades de Borja Iglesias siempre han estado ahí. Un delantero que reúne muchas de las características del 'nueve' ideal. Para empezar, y por encima de todas, marca goles. No hay punta que resista si los tantos no caen y en eso las estadísticas del Panda son incontestables. La más reciente señala sus seis dianas en el campeonato liguero.
Claro que Borja Iglesias es mucho más. Capaz de retener la pelota de espaldas y aliviar en la salida a sus compañeros, futbolista asociativo y con facilidad para asistir -sirva de ejemplo el genial taconazo a Rodri en el penalti ante el Girona-, y que trabaja y se faja con un enorme sacrificio. Todo aderezado con ese 'buen rollo' que desprende y que contagia a sus compañeros.
Claro que nada es casualidad y el éxito de Borja Iglesias en el Betis, con el que ha sumado dos clasificaciones europeas y una Copa del Rey -gol incluido en la final-, esconde el hambre y deseo de un futbolista al que le costó arrancar en el conjunto heliopolitano. La determinación y la constancia fueron claves para revertir una situación, que comenzó a virar una noche de niebla en una cita copera contra la Real Sociedad.
La apuesta del Betis por Borja Iglesias en el verano de 2019 fue potente con el pago de 28 millones de euros al Espanyol. Probablemente esa mochila, ya fuera de manera consciente o no, pesó en el arranque del Panda, que en un principio nada se parecía al firmado meses antes. Tanto que hubo quien lo vio como un imposible para la causa bética.
Pese a todo, era llamativo escuchar al Panda en las entrevistas de aquellos meses. Nunca perdía ni la sonrisa ni la fe en que sería capaz de triunfar y que sus cualidades aflorarían. A más de uno le sorprendía esa fe que expresaba Borja Iglesias. Esa convicción de que acabaría por soltarse, marcar y ofrecer la versión del Espanyol, que ya entonces tocaba a las puertas de la selección.
Al fútbol se juega con los pies, pero se piensa con la cabeza. La creencia en uno mismo es fundamental. Insistió Borja Iglesias, contra la presión que él mismo también vivió y que necesitó de meses y ayuda para superar, y salió el delanterazo que es hoy. El que es uno de los pilares del Betis y el que con merecimiento está en la selección española. La determinación del que quiere y puede.
Esa normalidad, de alguien que asume todo con naturalidad, resultó clave para su despegue fulgurante. Naturalidad en el campo, naturalidad fuera de él. Recuerdo hace unos días verlo salir del estadio, más de una hora después de un partido, y detenerse y hasta bajarse de su coche para atender a béticos durante media hora. Detalles de alguien con los pies en el suelo, también con la determinación de tener claro qué desea y consciente de sus cualidades.
Es un orgullo para el BETICISMO, contar con este pedazo de jugador delanterazo ,callo muchas bocas,incluida la mía y hoy un Bético más sintiendo sus colores y rompiéndose el alma por el BETIS,gran deportista y mucho más mejor persona Grande BORJA.GRANDE el PANDA