También en las derrotas hay lecciones de Pellegrini
El predicamento de Manuel Pellegrini en este Betis está fuera de toda duda. Su trayectoria desde que arribó en el banquillo heliopolitano es extraordinaria y ha marcado un camino brillante lleno de éxitos deportivos y crecimiento, más allá de los dos últimos resultados. También su discurso público suele estar atinado y marca una línea de pensamiento de sentido común, unida a la ambición.
El último ejemplo fue su rueda de prensa de domingo, después de la derrota del Betis ante el Cádiz en un partido cargado de polémicas y donde todo quedó centralizado en la cuestión arbitral. Fue una comparecencia de diez. Una más. Definió su parecer contrario a la expulsión de Canales, que calificó de exagerada, al tiempo que realizó autocrítica y evitó excusarse en el árbitro.
En estos tiempos del fútbol en los que las cuestiones arbitrales lo polarizan todo en todos los equipos y con razón -ante lo que viene sucediendo con el VAR, comparaciones, agravios y normas que complican lo simple-, Pellegrini centró el tiro y llamó a cada cosa por su nombre. Discrepó de la expulsión de Canales, como lo hace un altísimo porcentaje de cualquiera que viera la jugada, pero también señaló que no todo fue cuestión arbitral. Hubo regalos en los goles, también alguna acción de los jugadores béticos sobrexcitados que no beneficiaron al equipo.
No solo en la sala de prensa, también se vio al chileno pedir calma a sus futbolistas en el campo para evitar males mayores en forma de más expulsiones. Palabras y hechos. Las estadísticas del Betis con las expulsiones son llamativas y no se corresponden ni con el estilo de juego del equipo, ni tampoco con el grado de agresividad con el que se desempeña. No hay más que ver la desigualdad entre rojas y faltas cometidas. Excesivo.
Ciertamente, también algunas de las expulsiones del Betis han sido errores de los propios futbolistas. Las hubo por cuestionables criterios arbitrales, también otras evitables. En esas últimas son en las que puede y debe trabajar el conjunto verdiblanco, porque son las únicas que realmente están en su mano. Un asunto del que también se ha pronunciado Pellegrini con anterioridad y que se ha convertido en un problema según los números de roja y lo que supone en un encuentro de máximo nivel.
El caso es que el discurso del Ingeniero, por su predicamento y crédito ganado por méritos propios, marca una línea que supone la mejor manera de afrontar el caos arbitral de los últimos tiempos, ya no en el Betis sino en el mundo del fútbol. Queja sí, pero también capacidad de autocrítica para buscar minimizar los errores propios en beneficio de los intereses del equipo. Cátedra del Ingeniero dentro y fuera del campo.