Contrario a la mejor cualidad del Betis
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El contexto para la magia de Isco
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El uno por uno del Betis: los aprobados y suspensos en el Nuevo San Mamés
Una gran primera media hora, un fatídico cuarto de hora final de la primera parte -con un primer penalti difícilmente entendible- y una segunda parte sin capacidad de reacción. A grandes rasgos así se podría resumir la primera derrota de la temporada de Real Betis que llegó en el Nuevo San Mamés ante el Athletic de Bilbao.
El Betis, en esta ocasión y contrariamente a lo que tantas veces ha demostrado durante la era Pellegrini, careció de uno de sus rasgos de identidad tan marcado en este tiempo. No fue lo competitivo de otras veces, para levantarse del mazazo que supuso el encajar tres goles en apenas quince minutos que noquearon a los heliopolitanos.
Y es que tantas y tantas veces se ha resaltado con razón la capacidad de este Betis de sobreponerse a los dificultades que surgen en un partido. Esa fortaleza que incluso le ha hecho superar fases de los encuentros donde ha sufrido. Sin embargo, en el Nuevo San Mamés no sucedió. No supo levantarse. Esta vez el boxeador quedó noqueado ante los golpes locales.
Y eso que el Betis había comenzado de manera extraordinaria, con juego y con goles. Un penalti discutible y tres goles tumbaron al conjunto bético. También, no todo fue mental, su falta de contundencia defensiva en algunas acciones que acabaron siendo un pecado capital para los de Pellegrini. Claro que, con toda la segunda parte por delante, esta vez no hubo reacción.
Dio la impresión de pesarle las piernas al Betis cuando se colocó por debajo en el marcador. Sólo Isco y Ayoze, con chispazos, lanzaban señales de poder generar peligro en un cuadro bético que estuvo romo en ataque tras el 3-2. Cierto es que San Mamés y la fortaleza física del Athletic dificultan la reacción de cualquier equipo y los verdiblancos no iban ser menos.
Claro que no todo fue mental, también puede entenderse la derrota por cuestiones futbolísticas. Una por la señalada falta de contundencia, otra porque arriba faltó velocidad para atacar la profundidad. Los elementos en el banquillo de los que disponía Pellegrini tampoco ofrecían esas cualidades y también debe servir como reflexión para este final de mercado.
Es evidente que el partido del Betis en el Nuevo San Mamés vino marcado por el primer penalti. No significa eso que también no fueran los errores propios béticos y la falta de reacción los que construyeran el resultado final. Esta vez la competitividad exhibida contra el Villarreal y el Atlético de Madrid - y tantas ocasiones en años atrás que fraguaron los éxitos- no fue apareció para reaccionar y sobreponerse.