El entrenador del Athletic Club Gaizka Garitano lo pudo gritar, pero ni aún así quedaría más claro su mensaje. “Todos hubiéramos firmado tener 7 de 9 puntos después de estas tres jornadas”. Amén, mister. Recuerdo que tras el sorteo del calendario algunos se santiguaban.
El rendimiento de los leones ante el FC Barcelona, vigente campeón, o un Getafe CF que casi entra en Champions. O una Real Sociedad que se iba a comer el mundo con sus fichajes. Todo esto no debería generar tantos debates. Al menos no en casa. Pero, ayy amigo, esto es fútbol, y encima en la era de las redes sociales.
El técnico derioztarra ha ensamblado una maquinaria que es inexorable en San Mamés. Los rivales, desde que él llegó al primer equipo con Patxi Ferreira y el excepcional Juanan Iribarren, pasan y en su mayoría caen. Aunque algunos, tan solo unos pocos, a veces empatan.
En eso se ha convertido un conjunto que en la navidad de 2018 olía a gangrena purulenta
Meses después el Athletic es ese boxeador al alza al que todos rehuyen. Sí, no juega bonito o al gusto de los gurús de la Movida, pero defensivamente es una roca y en sus puños hay dinamita. Si fuera de casa mantiene su intensidad, cuidado. En el Coliseum, difícil plaza, ya dio el callo desde luego.
Que los periodistas guipuzcoanos se metan con su fútbol es hasta normal. El parón liguero, tras el 'meneo' de Bilbao, va a hacer que se dispare la talasoterapia en Donosti. Pero que seguidores del Athletic hablen de desconexiones y de momentos en que el rival aprieta,... me alucina.
¿Es que acaso pensamos que se va a ganar 7-0 a todos los equipos? ¿Que no van a tirar a gol? ¿Que nunca van a superar la presión de nuestros jugadores? ¿Que en 90 minutos no van a pasar de medio campo? ¿Que no habrá momentos de cansancio o de que el rival demuestre su poderío? A veces me da la sensación de que se exige más que demasiado a este equipo.
Luego miro la plantilla, miro los resultados y pienso: Gaizka, algún día se te hará justicia. Eso sí, espero que no sea cuando haya que tirar de aquello de que “otros vendrán que bueno te harán“.
Ahh, para los de la comprensión lectora laxa: esto no quiere decir que Gaizka Garitano sea el 'hijo de Dios', que ya lo es de 'Ondarru'. O que todo sea idílico o no haya margen de mejora. O que nos guste más un jugador o un once que otro. Pero no viene mal tener claro dónde estamos y con qué bueyes aramos.
Lo mejor de todo es que,te guste máso menos, pero el equipo se ve que sabe a lo que juega