Carta a Kepa
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Querido Kepa, Mi nombre es Alejandra y llevo este blog: “Desde la gabarra” en ElDesmarque.com edición Bizkaia. Hechas las presentaciones, a las palabras que quiero decirte.
En el partido entre nuestro Athletic Club y el Real Madrid en el Santiago Bernabéu por la Liga (empate en uno), mostraste ante exitistas hinchas níveos que la proyección que en el Athletic te vimos desde Lezama, es una realidad; que tú no eres una eterna promesa como antaño dijera de Guti el entonces presidente del Madrid.
Observo las crónicas teñidas de blanco: “Kepa dejó su tarjeta de visita en el Bernabéu”, “Kepa confirmó las sospechas de la secretaría técnica del Madrid”, “Kepa dejó la impronta de portero grande”, “Kepa deja huella ante Zidane”, “Kepa anoche se ganó los halagos en el Bernabéu”. Meros cantos de sirena, como aquellos otros enunciados sobre el empate porque el Athletic jugó contra “un Madrid desganado”, “un Madrid cansado”, “un Madrid desmotivado por no pelear el título de Liga”. Nada de eso. El empate en uno fue tal simplemente porque faltando 3 minutos para el final, Cristiano Ronaldo marcó de espuela al desviar un disparo de Modric que se colaba entre muchas piernas y que finalmente vio portería, acaso porque era destino de resultado. Nada más.
Fue un gran partido del equipo, de nuestro Athletic: pongamos nosotros el mérito que nos niegan. Y por eso el Madrid quiso pero no pudo ni supo en la noche de miércoles. Por el equipo y por ti, nuestro insigne portero. Fue tu gran noche, Kepa. Bajo los focos del Bernabéu, bajo los tres palos (resistencia ante 29 remates, 7 meritorias paradas, espléndidos blocajes, seguridad). Me encantaría que desoyeras aquellos cantos de sirena: que si 80 millones de cláusula de rescisión, que si estar en un club grande (¡ya estás en el Athletic!), que si tienes que jugar en la asociación deportiva no mercantil escaparate del ser superior…
Tus 24 años de edad, tu metro con ochenta y nueve centímetros y tu peso de 85 kilos merecen algo más que la riqueza del dinero. “Aberats izatea baino, izen ona hobe”, que dice el refrán vasco: “mejor que ser rico, es tener buena reputación”.
Retomo las frases de aquellas crónicas teñidas de blanco, pero puestas en el Athletic, desde el Athletic, tu Athletic. Nosotros no necesitamos tu tarjeta de visita: siempre te tuvimos confianza (aunque en enero pasado tu representante me puso el susto en el cuerpo). Nosotros no tenemos sospechas sobre ti: de entrada confirmamos nuestra fe en tus progresos y en tu realidad.
Nosotros no necesitamos de tu impronta: te vemos jugar, comprometido con el equipo. Nosotros no necesitamos tu huella: caminamos contigo y latimos desde el graderío con cada intervención tuya en el campo. Nosotros no necesitamos de halagos hacia ti: tampoco tú, porque sabemos en qué tierra pisas y andas. Me diste una gran noche de fútbol y te doy las gracias, Kepa. El destino es tuyo: puedes construirlo en los valores athleticzales o bien predestinarte a terminar, como un designio de este fútbol moderno y volátil, en un Real Madrid que no dejará de cortejarte hasta que le digas que sí, porque siempre confunden valor y precio. Si acaso esto último sucede, que sepas que no será como el amor de fútbol que te profesamos en nuestro Athletic, Kepa. Por el Bernabéu pasa el empleo mejor remunerado del fútbol. Por San Mamés pasan la pasión y la ilusión por el fútbol. Y aquí, en tu casa, tu etxea, te esperamos siempre con la mano tendida y nuestra lealtad, en esta singular filosofía de fútbol que es nuestro Athletic. ¡Aúpa Kepa! Abrazo.
Alejandra Herranz, periodista y blogger
@aleherranz