Como si fuera un funeral
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A falta de una jornada para que acabe para todos la temporada 2017-2018 de la Liga Santander, el Athletic da muestras de su propio reflejo en este curso: 43 puntos en 37 encuentros, 10 partidos ganados y 14 perdidos, 41 goles a favor y 48 en contra; y sin clasificación para competiciones europeas el próximo curso.
El Athletic llegaba al derbi ante el Deportivo Alavés con una campaña deslucida y una dirección errática y estática. Apenas le esperaba un premio consuelo: terminar esta temporada como el mejor equipo vasco en la clasificación.
No pudo ser. El 3-1 final dio muestras de un mejor Alavés ante un peor Athletic. El primer gol sobrevino faltando 3 minutos para que acabara la primer parte. ¿Mérito del Alavés? Más bien, demérito de Kepa, que intentó jugar el balón en corto ante la presencia de Guidetti en quien rebotó la pelota y que apenas tuvo que empujarla para que desembocara en la red. Luego, en la segunda parte, sobrevinieron el golazo de tiro libre de Munir y el chutazo de Ibai (¿te acuerdas de él, Valverde?) y el gol de Muniain que premió su propia y solitaria batalla en un equipo deslucido y desganado.
Cuando restaba muy poco tiempo para que terminara este derbi vasco de sábado, en la grada donde estaba la hinchada local alavesa se desplegó una bandera: “No estábamos muertos, estábamos de parranda”. Sí, el Alavés estaba alegre y animado, aunque no se jugaba nada más que el compartir una victoria en su casa. En cambio, el Athletic era un funeral en todos los gestos: de los jugadores, de los aficionados que enfocaban las cámaras. No había variantes, no había respuestas: ni en Ziganda, el entrenador de la despedida anunciada, ni en el equipo mismo. Y la afición athleticzale llorando, desconsolada.
Alejandra Herranz, periodista y blogger
@aleherranz
Un análisis claro y real de la situación actual. Esperemos ordenar las cosas y arrancar la próxima temporada.