Crónicas Mundialistas Rusas – El interés de la selección
En el orden internacional, la historia siempre se ha debatido entre latencias realistas e idealistas, entre modelos relacionales e institucionales. Y siempre ha tenido una banda sonora que ha acompañado sus caminos múltiples: diálogos, guerras, tiempos de paz.Una selección nacional de fútbol no escapa a este tipo de marcos. Tampoco un club de fútbol de primera línea. Ni hablar de los intereses personales de los individuos, pongamos un entrenador.
Pocos días atrás, Julen Lopetegui había renovado con la Real Federación Española de Fútbol, su contrato como seleccionador de La Roja hasta 2020.
El gesto fue como un guiño a darle continuidad a su tarea de renovación de la plantilla seleccionada (una de las mejores generaciones futbolísticas del país), a su tarea de aumentar el palmarés logrado.
El gesto fue, también, como una confirmación del interés institucional en mantener a La Roja en lo más alto.
Sin embargo, se interpuso el interés de una sociedad deportiva no mercantil que, en los hechos, se comporta como una de las tantas sociedades anónimas deportivas sólo que ésta tiene presupuesto y acceso al crédito, además de estar liderada por un ser superior.
Apenas dos días antes del inicio de la Copa del Mundo FIFA Rusia 2018, desde el Real Madrid se anunció la contratación de Lopetegui como su nuevo entrenador para la próxima temporada post-mundial. Lopetegui, en aras del cumplimiento de su interés personal, había dado el sí para ponerse a trabajar de blanco luego del mundial.
Pésimo timming de las autoridades del club en el anuncio de la vinculación de Lopetegui. Correcta o incorrecta gestión de la desvinculación de la selección del hasta ayer seleccionador –según cómo se mire, según quién lo mire.
Porque en la Real Federación casi se enteraron a la vez que los medios. Su jefe, Luis Rubiales, decidido a señalar que los límites de la Federación son innegociables, (dado su rol institucional), cesó a Lopetegui en su cargo y, casi sin quererlo, le ahorró al Real Madrid los 2 millones de euros de la rescisión del contrato.
Todo un conflicto de intereses: el de la institución marco, el de la entidad blanca, el del entrenador. Todo, en un marco temporal desatinado: ahora tocaba la selección y el mundial; lo demás, podía esperar.
Cantaba Marisol que la vida es una tómbola de luz y de color. Tal vez el fútbol sea algo parecido. Realmente, para alucinar en colores.
Alejandra Herranz, periodista y blogger
@aleherranz