En el fútbol de las maravillas
La visita del Atlético de Madrid a San Mamés por la 28° jornada de La Liga iluminaba todos los espejos del pasado. Porque el historial más reciente entre el Athletic y su equipo-gajo (por su origen histórico) daba claras ventajas para los atléticos en los resultados.
Pero los espejos son caprichosos y lo que a priori podía haber sido favorable para el Atlético de Madrid, resultó no serlo. Porque el equipo colchonero regresaba de Turín donde se (auto)fraguó su eliminación de la Champions League a manos de la Juventus. Porque llegó a Bilbao profundamente turbado.
No obstante, el equipo dirigido por el Cholo Simeone no pierde su naturaleza rocosa, defensiva, de contragolpe. Esta vez, sin embargo, nada la funcionó. Acaso porque no tenía claro su propio norte.
Porque le sucedió como a Alicia en el país de las maravillas. Cuando la pequeña preguntó al gato Chesire qué camino debía seguir para salir de donde estaba, a lo que el felino replicó que eso dependía en gran parte del sitio al que quisiera llegar. Como a Alicia no le importaba mucho el sitio, la respuesta del gato fue lapidaria: “Entonces, tampoco importa mucho el camino”.
Así se encontró el Atlético los 90 minutos: queriendo llega a alguna parte y sin un camino claro, en la lógica despiadada del desconcierto propio.
Esta situación de la visita no quita mérito a la victoria atlheticzale por 2-0. Porque el Athletic fue otra cosa. Esto, pese a la paridad de fuerzas en la primera parte, en la que los dos equipos no se dieron ventajas y estuvieron más abocados a defender y cerrar espacios que a abrirlos y jugar.
Acaso el Athletic volvió a ser poesía. Con ese disparo de Ibai con rosca enloquecida y certera que salvó Oblak a mano cambiada. Con ese primer gol de Iñaki Williams que empujó el jugadón que se mandó Íñigo Córdoba, que había entrado en sustitución de Iker Muñain. Con ese segundo tanto anotado por Kodro, el sustituto de Raúl García, tras un balón al espacio de Ibai.
El Atlético quedó en la perplejidad de las protestas por supuestos penaltis, en el azuzar declamaciones broncas ante cualquier infracción o situación, sumido en su juego de espejos.
En cambio, el Athletic puso esta vez un fútbol de maravillas, que le permite cerrar esta jornada con 37 puntos en la novena posición de la clasificación de La Liga y mirando de cerca los puestos europeos. Acaso porque en esta ocasión tuvo en claro a qué sitio llegar y por cuál camino. ¡Aúpa ahí!
Alejandra Herranz, periodista y blogger
@aleherranz