Tiempo de balance

Llegó para el Athletic el final de la temporada 2018-2019 de La Liga. Los números son objetivos: octava plaza en la clasificación con 53 puntos en 38 jornadas; 13 partidos ganados, 14 empatados y 11 perdidos; 41 goles a favor y 45 en contra; y fuera de la Europa League para 2019-2020.

Sin embargo, el análisis está pleno de subjetividades y puntos de vista coincidentes y aun encontrados.

El final llegó con la derrota como visitante ante el Sevilla por 2-0, con una pobre imagen de conjunto. Tal vez sea como manifestó mi editor Asís Martín en su cuenta de Twitter: “Creo que somos muy exigentes con un Athletic que el año pasado quedó el 16 [en la clasificación de La Liga] y éste estaba con 11 puntos en la Jornada 16. Son años duros de reconversión. Garitano ha hecho un milagro y otro sería fichar calidad, porque no hay gran cosa accesible”.

Hubo quienes, más que exigir, exhortamos (alentamos) al Athletic a clasificar para Europa porque vimos la posibilidad y la probabilidad de hacerlo tras haber huido de los puestos de descenso que al cabo de la maratón liguera ocuparon el Girona, el Huesca y el Rayo Vallecano.

¿Cómo no íbamos a entusiasmarnos si sabemos de milagros? Porque abrevar en un mercado tan reducido donde también tenemos competidores para fichar y aun así mantenernos en Primera, ya es un milagro en sí mismo. Plausible y loable, aunque no perfecto.

Con las salidas de jugadores como Iturraspe, Rico, Susaeta, Merino y otros que tal vez encaren la puerta de salida, toca la renovación de la plantilla. Siguiendo nuestro modelo de cantera, será ésta quien principalmente nutra el recambio para afrontar oportunamente una nueva temporada de Liga y Copa del Rey.

Sabemos que los jugadores de cantera en Primera requieren tiempo, paciencia y aliento. De mi parte lo tendrán.

Y me encantaría que, además de entrenar a conciencia para jugar en el primer equipo, también entrenen en habilidades blandas: comunicación dentro del campo de juego, resiliencia ante los marcadores desfavorables, actitud responsable y positiva ante un largo e impredecible calendario. Porque juega el cuerpo pero también la mente.

Ahora bien, las urgencias del fútbol profesional acaso sean otras. Porque para mantenerse en Primera se requiere una plantilla experimentada, en forma físico-mental y conocedora de sus puestos respectivos y del juego de equipo. En este punto: ¿Cuáles son las posibilidades para el Athletic de fichar para el mediocampo, donde más hacen falta un par de jugadores de creación para acompañar a nuestro creativo solitario Iker Muniain? ¿Hay dinero disponible para encarar la gestión de estos fichajes necesarios?

El haber quedado fuera de la Europa League cambia los números objetivos. Porque es menos dinero que ingresa el Athletic. Porque continuamos lidiando con la escasez, la clave de la economía, en un sentido amplio: de mercado de fichajes, de las arcas del club, de la masa salarial de los jugadores en plantilla y de los que ascenderán al primer equipo.

Y si la escasez nos agobia o nos acorrala, toca ser resilientes. Y es aquí donde entra la mano del entrenador, Gaizka Garitano. A él le dejo mis interrogantes de mis deseos futbolísticos como probabilidades:

¿Por qué no probar a Unai Núñez como centrocampista defensivo y cuando sea necesario bajarlo a la zaga si no juegan Yeray o Íñigo Martínez?

¿Por qué no dar más continuidad bajo palos a Unai Simón y alternar con Iago Herrerín en Liga y Copa?

¿Por qué no fortalecer los roles de Íñigo Córdoba y de Unai López hacia la zona de carencia creativa del Athletic: el mediocampo?

A usted, como entrenador, le tocará recoger o no mis interrogantes. Podemos ser un equipo por momentos escaso en conformación y por otros resiliente en resultados. Pero sin dudas somos un equipo de milagros. Toca hacerlos realidad.

Alejandra Herranz, periodista y blogger 

@aleherranz