El Fuenteovejuna reloaded de Leo Messi
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Primero fue un burofax, a finales de agosto de 2020. Ahora estamos a finales de enero de 2021 y es una segunda cosa: acaso una filtración intencionada, quizás un descuido o una revelación. Pero, en todo caso, intuyo que no hay inocencia en la publicación del diario El Mundo de este domingo 31 de enero de 2021: el salario de Leo Messi, estrella en declive relativo del FC Barcelona, nos ha sido revelado, como nos ha sido revelada la abultada deuda del ejército desarmado de Cataluña, al decir del escritor y culé Manuel Vázquez Montalbán.
Desde 2017 hasta 2020, Messi tuvo un contrato por un valor total de 555.237.619 euros, a razón de unos 138 millones brutos por temporada. Tal vez en junio de 2021, el rosarino cambie de aires de club y de Liga.
El dato se conoce a pocos días de saberse la friolera de la deuda del club blaugrana, que asciende a 1.173 millones de euros. En la relación deuda del club – salario de Messi, el apalancamiento (deuda sobre patrimonio) se extiende en los cimientos de la entidad, donde la deuda a largo plazo es de 442,5 millones de euros.
Desde 2017 el Barça ha estado fichando a golpe de talonario y con resultados endebles en cuanto a títulos y rendimiento de sus fichajes, amén de inestabilidad en el banquillo del primer equipo. Cosas de los finales de ciclo.
Ronald Koeman, cual bombero para apagar la hoguera, sucedió a un lírico Quique Setién de muchas palabras y pocos hechos. Koeman, quien dejó la dirección de la selección de los Países Bajos por venir a Can Barça, toma temperatura en cada jornada con un temple admirable.
Setién está en litigio con el club. El Barça sobrevive en la Copa del Rey, perdió la Supercopa de España 2021, en LaLiga Santander no está puntero (aunque sí en puestos de Champions, de momento) y a corto plazo tiene vencimientos de pago por los fichajes de Frenkie de Jong (48 millones de euros), de Philippe Coutinho (30 millones) y de Mrialem Pjanic (52 millones).
Los números hablan por sí mismos ante la rumorología, los dimes y diretes y pincelan con su pátina la realidad de un final de ciclo.
El linchamiento público de Leo Messi
En diciembre de 2020, jugadores de la primera plantilla y directiva del club acordaron un ajuste salarial en 122 millones de euros para las retribuciones fijas y de 50 millones para las retribuciones variables. Un gesto hacia la dura realidad de la pandemia por coronavirus y sus cada vez más numerosas mutaciones.
Enero de 2021 nos despertó con las cifras de la deuda del FC Barcelona y del contrato de Leo Messi para los últimos 4 años. Curiosamente, el 7 de marzo hay elecciones en Can Barça, con tres candidatos: Joan Laporta (el de la presidencia del sexteto de copas), Antoni Freixa y Víctor Font. Quien resulte ganador sabe que la permanencia de Messi no está asegurada más que por la cláusula de rescisión de su abultado contrato.
Quien resulte ganador sabe, además, que el FC Barcelona es una de las 4 sociedades deportivas no mercantiles del universo de la primera y de la segunda divisiones del fútbol español. Por tanto, si hay problemas de caja, los integrantes de la junta directiva responden con su patrimonio.
Messi, clánico, puede estar mirando a París o a los Estados Unidos. Que no es sólo un tema de fútbol: es un tema de familia, de clan familiar. Messi se mueve con los suyos.
En este complejo contexto, se conocen, casi coetáneamente, el nivel de la deuda del club y el del contrato de Leo Messi. ¿Y dónde está el Fuenteovejuna reloaded? En la conjetura de un linchamiento público hacia los emolumentos de un contrato que asciende a la mitad del pasivo del club.
Arderán las redes sociales, las páginas físicas y virtuales de los medios deportivos acerca de la barbaridad de los números. Probablemente, porque se busque un único culpable para no responsabilizar al conjunto de una gestión que no ha hecho más que honrar la sobredimensión en la que está inmerso el fútbol europeo, del que el FC Barcelona y Leo Messi son parte.