Sólo... tranquilidad
Tranquilidad. Es el lema que emana desde el Levante UD desde hace unos años, harina de otro costal es si eso responde siempre a la realidad, porque el descenso a Segunda de hace dos temporadas invitaba a todo menos a estar calmado, aunque ahora ciertamente es lo que se respira y a los hechos me remito. La respuesta que siempre se obtiene en Orriols cuando intentas poner el termómetro a la situación es ésa: tranquilidad. Si el equipo le lleva 20 puntos al segundo a falta de dos jornadas para acabar la Liga y preguntas por las opciones de ganar el campeonato, la respuesta será 'tranquilidad'. Si un meteorito se dirige hacia el Ciutat de València y lo han visto a la altura de Massamagrell (allí hay granotas y sobre todo periodistas de elevada calidad), seguramente habrá tranquilidad. Ciertamente, lo que necesita la entidad azulgrana, y sobre todo tras firmar la permanencia el año pasado con bastante solvencia, no es otra cosa que eso... Tranquilidad.
El Levante UD acaba de cerrar la mejor operación de su historia con el traspaso de Jefferson Lerma al Bournemouth por 30 millones de euros más la retahíla de bonus, porcentajes y etcéteras añadidos. Para algunos lo ideal habría sido haber vendido al colombiano por 25 millones una semana antes pero hete aquí que los granotas tienen ahora cinco kilos más en el banco para los proyectos futuros, ya sea deportivos (invertir en el equipo) como de infraestructuras. Habrá gente a la que cinco millones les parezca un saldo pero a mí me harían papel y creo que al Levante también. A ello, habrá que añadirle que Dwamena estaba vendido al CSKA por 10 millones, que es lo que pidieron los 'cherries' a los granotas y ahora ha sido fichado por alrededor de seis, por lo que más ganancia para la sociedad azulgrana.
Al final, no había que buscarle tres pies al gato: Quico Catalán no se estaba haciendo el superhéroe ni era Mel Gibson en Maverick haciendo un 'all in' cuando realmente tenía en su mano un dos y un siete. Simplemente, las ofertas iniciales de los ingleses por Jefferson Lerma no convencían. Eso sí, tenía varios comodines: si se quedaba el cafetero, magnífico; si se marchaba, pasta a mansalva. Es lo que tienen los grandes futbolistas. Luego, cuando fue subiendo la apuesta, y poniendo en la balanza el deseo humano y profesional del colombiano de marcharse y las necesidades del equipo de fichar, sobre todo arriba, se decidió la venta del internacional cafetero. Por lo demás, la habilidad del presidente del Levante UD por explotar las necesidades de los demás es conocida de sobra. Se aprovechó de las urgencias de Ángel Haro, presidente del Betis, de presentarse a la Junta de Accionistas de 2017 con un fichaje y les encasquetó a Camarasa por siete millones más porcentajes varios (20% de una futura venta). Luego, leyó el partido con Deyverson, cuando el Palmeiras buscaba un delantero con el que afrontar la Copa Libertadores. Y ahora el Bournemouth y el deseo de su técnico Eddie Howe por fichar a Jeff. Quico, que tiene algún pufo pero quedan en bastante desventaja respecto a los aciertos, también necesita eso, trabajar con tranquilidad. Con la presión y exigencias inherentes a su cargo, pero ésas sólo.
La venta del colombiano activó todo lo demás: el fichaje de Raphael Dwamena, al que los técnicos llevan siguiendo y ofertando varios meses y que definitivamente se puso a tiro con lo de Lerma; y la próxima llegada de un '6'. En el Levante UD, dentro me refiero, parece que hay alguna persona encargada de difundir que Tito poco menos que se ha tropezado con los últimos fichajes: sin querer, han llovido los ofrecimientos y han cuajado en incorporaciones. La verdad, nunca me he parado a pensar, aunque lo sepa, si Caicedo, Koné, Obafemi Martins, Keylor Navas, Bardhi o Boateng eran ofrecimientos u operaciones cerradas tras exhaustivos seguimientos. Me la repamplinfla. Cabaco fue ofrecido pero no me he hecho el hara-kiri porque fue un fichaje más que positivo. Si Dwamena, cuyos pasos siguen desde hace meses, es un maleta, habrá que preguntarle a Tito por qué se han pagado seis millones por él.
Permítanme que sea razonable pensar que el director deportivo, tras el ascenso meteórico a Primera División y la permanencia con futbolistas de su sello como Lukic, Bardhi, Campaña, Boateng, Cabaco u Oier (también 'Samus', 'Nanos' y 'Sadikus'), merezca un margen, creo yo que amplio, de confianza. Luego, esto es fútbol, ya se verán los resultados de la 2018-19. En asuntos discrepo, como que el Levante no necesite otro central para subir el nivel de la plantilla. Los técnicos están barriendo el mercado pero no están convencidos de hacerlo si no hay algo que mejore claramente lo ya existente. Pero yo lo veo cristalino. Por lo demás, Tito necesita ese mantra que emana del club y que es tan necesario para llegar todos, que es uno al final, el Levante, a buen puerto: tranquilidad.
El acierto en el traspaso de Lerma se ver en las nuevas incorporaciones,si demuestran aptitud en el terreno de juego habr dado un acierto, si son unos paquetes me sentir estafado, pues habremos pulido los 30 millones a cambio de perder a un gran futbolista y pensare que muchos se los han llevado calentitos. Conclusion: xito si los nuevos son buenos y estafa si nos ha metido unos paquetes.