Adiós a un periodista, adiós a una persona
La historia de esta semana va dedicada a una persona del periodismo, un hombre al que conocía por hacerme vibrar con el deporte cuando no existía Internet, ni decenas de emisoras de radio, ni TDT, ni todas estas maravillas tecnológicas que no sólo nos facilitan la vida, sino que, además, poco a poco nos van dejando sin trabajo. Ya conocía a Juan Manuel Gozalo, pero tuve la suerte de compartir con él una experiencia que a todos los que la vivimos nos llenó de ilusión y orgullo. Fue cuando la ACB tuvo a bien entregar la insignia de oro a aquellos que llevamos vinculados al mundo de la canasta y de manera constante más de 25 años. Aquel día en Madrid fue un placer para mí verme sentado en la misma mesa junto a personas de la categoría del propio Juan Manuel Gozalo, mi querido y admirado Martín Tello, mi amigo Paco Rengel, Ramón Trecet, Chema Forte, Paco García Caridad, Vicente Salaner, Siro López, Manuel Saucedo y Paco Torres. Y digo que fue un orgullo porque los admiraba a todos y de todos he aprendido a lo largo de estos años y no me avergüenza reconocerlo. También lo digo con cierta tristeza, sobre todo viendo y viviendo el ambiente de crispación constante que se vive en la prensa local y nacional. Odios y rencillas en un colectivo que, lejos de estar unido, se dedica a destriparse los unos a los otros tan sólo por estar en éste o aquel medio. Desde aquí mi humilde homenaje a un gran periodista que se nos ha ido y sobre todo algo que olvidamos muy a menudo que somos, personas.