Ian Harte busca un nuevo milagro futbolístico.

Si pensamos en clubes y ciudades futboleras en Inglaterra, nos surgirán un gran número de opciones, pero seguro que Bornemouth no será una de ellas. Esta localidad costera está mucho más relacionada al turismo, las playas, la vida nocturna y los vuelos low cost. Pero no nos suena a fútbol. Por eso, una de las noticias más sorprendentes de esta temporada en Gran Bretaña está llegando desde la Championship, donde va líder y llamando a las puertas de la Premier un invitado con el que nadie contaba, el AFC Bornemouth, un club que nunca ha estado en Premier y cuya modesta existencia se ha desarrollado más en tercera y cuarta categoría.

Sin un desembolso espectacular y echando mano de jugadores nada rutilantes, el conjunto rojo y negro no sólo es primero en la segunda división inglesa sino que este fin de semana no pasó apuros en la histórica FA Cup, superando la ronda por un claro 1-5. En su once inicial encontramos un conocido de la parroquia granota, al que seguro muchos daban ya por retirado, el lateral izquierdo irlandés Ian Harte, que tuvo el honor de anotar el primer gol en Primera para el Levante tras 41 años de ausencia. Fue en Anoeta, el 29 de agosto de 2004, en un inicio de campaña que no hacía presagiar el descenso final.
Harte es historia viva del fútbol británico y para muchos es una sorpresa que siga jugando a sus 37 años y tras superar un periodo de lesiones que le hizo estar más fuera que dentro. Así, de 2006 a 2009 sólo jugó una veintena de partidos en tres temporadas aciagas que parecían poner punto y final a su brillante carrera. Pero este irlandés es duro como su Drogheda natal y no se rindió pese a pasar de la Premier a League One en dos años. El Carlisle United fue su destino en 2009 en lo que parecía su última parada, pero en cambio sólo fue un retroceso para coger impulso de nuevo hacia la Premier. Pero empecemos por el principio.
El ex lateral levantinista fue uno de los pilares del mejor Leeds United de las últimas dos décadas. Un equipo con el que se plantó en semifinales de la Champions en aquella eliminatoria ante el Valencia que llevó a los de Héctor Cúper a la final de Milán en 2001. Antes, se había ido enfrentando por el camino a Barça, Deportivo y Real Madrid convirtiéndose en la revelación de la Champions con un equipo sensacional en el que estaban Rio Ferdinand, Viduka, Harry Kewell, Lee Bowyer, Dacourt, Paul Robinson, Woodgate…  

También con su selección fue estrella, disputando el Mundial de Corea en el que recordamos un penalti que Casillas le detuvo (pena máxima que le señalaron al hoy levantinista Juanfran, entonces lateral izquierdo de la Selección) y que resultó clave para que España terminase eliminando a Irlanda. Con el Leeds en un declive progresivo que acabó en bancarrota y descenso, Ian Harte salió del equipo en 2004 y buscó acomodo en un país que conocía bien, pues era su destino de veraneo.

Su entrada en el Levante no pudo ser con mejor pie, anotando el mencionado gol en Anoeta y mostrando su mayor virtud, el excelente golpeo de balón que trufó su trayectoria de goles y asistencias. Pese al descenso a Segunda, el irlandés no abandonó Orriols y fue en el ascenso de 2006 cuando más brilló, anotando un lateral izquierdo nada menos que 9 goles, con especial trascendencia al que marcó en Xerez ante un rival directísimo, y sirviendo multitud de asistencias, incluida la del último gol, el que valía un ascenso en Lleida, en aquel córner que terminó en el gol de Riga Mustapha.

El defensor era por méritos propios uno de los preferidos de la grada, pero en su vuelta a Primera las cosa son rodaron tan bien y las lesiones le dejaron en sólo seis partidos jugados, ningún gol y una salida silenciosa del club en el verano de 2007. Su buen cartel aún le llevó al Sunderland, en Premier, pero tampoco tuvo minutos y con sólo tres titularidades bajó otro escalón rumbo a la Championship donde con el Blackpool jugó sólo otros cuatro encuentros. Era 2009 y para muchos la carrera de Harte estaba llegando a su fin, máxime cuando terminó la temporada en el Carlisle de League One (Segunda B), donde se le fue perdiendo la pista.

Pero Ian se rehízo, encontró su mejor tono y afinó el cañón que tiene en su pierna izquierda para irrumpir en el ejercicio 2009-10 con 16 goles en 45 partidos, una marca sin parangón en un defensa. De repente se acabaron las lesiones y el ex granota encontró una regularidad en partidos y goles impropia de la trayectoria que venía llevando en los tres anteriores años. Pero así es el irlandés, cuyo buen hacer le hizo volver a Championship, esta vez como fichaje destacado del Reading. Estaba por ver si era capaz de mantener el tono una categoría más arriba y no defraudó: 40 partidos y 11 goles. Una campaña más tarde, el merecido precio a su renacimiento llegó en forma de ascenso con el Reading, su segundo tras el del Levante. Con 35 años Ian Harte regresaba a la Premier League, añadiendo a su currículum 16 partidos más, con un valor simbólico mucho mayor que el numérico. Era el triunfo de un veterano que se negó a aceptar una suerte que parecía echada pocos años atrás.
El descenso del Reading le llevó a un club menos exigente en el que parecía estar llamado a disfrutar de unos últimos años de fútbol más tranquilos, con la playa a tiro de piedra y con el único objetivo de no descender…pero el penúltimo reto para Harte estaba por llegar. Tras salvar la categoría el ejercicio pasado, en éste el Bornemouth marcha líder de la Championship y a sus 37 años, el que fuera lateral izquierdo del Levante no sólo no está retirado sino que está embarcado en un reto mayúsculo como sería ascender a la Premier League por primera vez en sus 116 años de historia al modesto Bornemouth. Alguien capaz de llevar al Leeds United a la semifinal de la Champions, de marcar el primer tanto en Primera para el Levante después de 41 años, de lograr un ascenso anotando 9 goles el año siguiente a bajar, de marcar 16 dianas en una temporada siendo defensa o de ascender al Reading y regresar a la Premier cuando todos lo daban por acabado es, sin duda, uno de los pocos capaz de obrar un nuevo milagro futbolístico.
Miguel Ángel Vara