Del Valle de los Reyes al valle de... las réplicas
Uno de los principales atractivos turísticos del milenario Egipto se va a quedar bajo llave hasta nueva orden. Tumbas de los faraones más emblemáticos, como las de Seti I, Nefertiti o Tutankamón, cierran sus puertas para evitar el deterioro por el paso de los visitantes, por lo que desde ahora sólo se podrán admirar réplicas. Una pena (necesaria). Tan sólo los especialistas en arqueología podrán acceder, previo pago de unos carísimos salvoconductos especiales.
El motivo para una decisión tan dramática es sólido. "Estas tumbas se destruirán totalmente dentro de 200 años debido a la respiración de los turistas que las visitan", ha señalado el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Zahi Hawas, en una reciente entrevista. La humedad, los hongos y la escasa ventilación forman el caballo de batalla.
"La única manera de proteger estas antigüedades es cerrarlas y hacer réplicas de ellas que podrán visitar los turistas", advierte Hawas. El complejo de Luxor ha sido el primero en caer bajo el candado.
Seti I, padre de Ramsés II, Nefertiti y la famosa tumba de Tutankamon (1361-1352 a.C), descubierta en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter en el Valle de los Reyes, han sido las elegidas para la clausura. "Hemos elegido estas tres tumbas porque no podrán repetirse nunca", destacó Hawas. Seguro que muchas otras tumbas pasarán por el mismo proceso.
Mediante un refinado proceso a base de rayo láser se procede a la copia exacta en tres dimensiones de las tumbas a fin de repetirlas en réplicas que se ubicarán en la orilla occidental del Nilo, en el mismo Valle de los Reyes. En un par de meses estará en funcionamiento el 'Valle de las réplicas'.