Tiempos difíciles para Lalo
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Prácticamente nada más terminar el mercado de enero, las secretarías técnicas de los clubes se preparan para diseñar la próxima temporada. En el caso del Real Zaragoza, estos tiempos se han ido cumpliendo, pero los matices son importantes. En primer lugar, el director deportivo, Lalo Arantegui, trabaja en un proyecto a dos años en el que la clave está mejorar en el segundo las carencias del primero. Pero, ¿qué pasa si al equipo le da por ascender? Lógicamente hay que cambiar la dimensión y en esa inmersa horquilla trabajan los responsables técnicos zaragocistas.
Las primeras reuniones del equipo de trabajo de Lalo se produjeron en un escenario en el que el equipo apuntaba a la permanencia en Segunda. El director deportivo, acompañado de su mano derecha, José Mari Barba, se desplazaron a Brasil a seguir a una serie de jugadores que les había propuesto un agente de cabecera. En esa ingeniería económica en la que se deben mover que exige bucear en el mercado y hacer apuestas de riesgo, cabe confiar en el primer filtro de algún representante 'amigo' y asociarse ofreciendo proyección, visibilidad y negocio compartido.
La previsión de Lalo Arantegui está fuera de toda duda. El director deportivo zaragocista ya demostró el pasado verano ser una persona resolutiva, sin miedo a a asumir la responsabilidad y con las ideas muy claras a la hora de elegir perfiles. La opción que ha elegido Lalo es la de trabajar doble. Gracias a tener adelantado el proyecto inicial, a tener muy claro en qué puestos se puede mejorar y hasta los candidatos posibles a llegar, se puede adelantar movimientos para otro escenario mucho más amable.
El club ya había hecho movimientos como el de atar a Loren antes de que explotara en el Betis. Y hay más operaciones avanzadas e incluso cerrada que, por supuesto, no han trascendido. En caso de ascenso, el margen de maniobra es mucho más amplio y el dinero más abundante. Por eso, la idea es seguir siendo el más rápido y el más atrevido a la hora de conformar un equipo para intentar el asalto definitivo a Primera y tener varias balas preparadas en la recámara por si hay que cambiar el paso y pensar en grande.