El Gol y la Historia
Hacía falta un gol. Uno. Sólo uno. Era la distancia que separaba a varias generaciones de jugadores, entrenadores, directivos y aficionados del balonmano astur de un sueño cumplido. Estar en la Copa del Rey. No de ganarla, de estar en ella. Ese premio que no llega como una invitación o una entrada para ver el torneo desde la grada como tantas otras veces. Esta vez el sorteo enseñará la bola del Gijón Jovellanos, del Juanfersa. Y le emparejará sabe Dios con quien, y casi que dará igual. Que sea en Gijón ya sería la guinda, pero pinta que será en Córdoba. Ya lo dijo Juan De Álvaro en la Cope: "Hay otras necesidades en el deporte asturiano". Y en la ciudad, añado yo. Cada cual que lo entienda como quiera.
Es costumbre en el deporte ensalzar a los mejores. Tiene su punto de justicia, porque se compite para eso, para ser el mejor. Pero tiene mucho más mérito alabar al que le saca brillo a los pocos recursos que tiene para colocarlo en un lugar que, quizás, esté por encima de sus posibilidades. Y, fuera del fútbol, hay muchos de estos personajes. Esta Copa del Rey tiene un punto de justicia con Alberto Suárez, el tipo que ha visto crecer a talentos de primer nivel que se le escapaban de las manos porque Asturias les quedaba pequeña. A él también. Pero ha vuelto. No era una cuestión de recursos económicos, porque al Gijón Jovellanos siguen sin sobrarle. Todo lo contrario. Pero sería injusto no recalcar el nombre de Juanfersa y muchos de esos pequeños patrocinadores que aportan lo suyo. Era una cuestión de saber aprovechar el momento.
No es el único, y hasta es injusto que no nombre a todo el que tiene su labor en el club. Perdón. Lo resumo en dos personas. En Juan De Álvaro y sus lágrimas de emoción que sólo él sabe lo que le han costado. Y en Tone, de esas personas que suelen trabajar en la sombra pero que ya no pueden esconderse por todo lo que han conseguido. Nada ni nadie podrá recompensarles con nada que no sean días como la noche del miércoles en el Palacio.
Gijón jugará una Copa del Rey. Y allí estará David Pellitero. En su número 11 están representados todos esos jugadores que tienen la espina clavada de no poder jugar en ASOBAL con un equipo asturiano. No son pocos. Pelli es la cara amable de este deporte que le ha dejado la puerta abierta a esa generación que pedía a gritos recursos económicos, un apoyo, porque le sobraba talento. Por eso esta Copa del Rey es histórica. Nunca un colista se clasificó para la Final a cuatro. Nunca. No es que ahora haya muchos más recursos, si no que se ha sacado petróleo después de rascar hasta con las uñas. No es sólo un gol y una remontada. Ni siquiera se podría calificar como histórico. Es el Gol. Y su historia. La portada de muchos sueños.
