El precio de la grandeza es la responsabilidad
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La frase que encabeza este artículo se la he tomado prestada a Winston Churchill, porque considero que viene como anillo al dedo para calibrar el futuro más inmediato que debe afrontar el Athletic Club.
A ninguno se nos escapa y sobre esto no hay dudas, que momentos coyunturales al margen, tenemos y pertenecemos a un club que ha sido, es y debe seguir siendo grande. Pero para que eso ocurra, es necesario estar en la disposición de tomar decisiones, de afrontar con valentía y responsabilidad una situación que ha tocado fondo esta temporada. Para poder recuperar los buenos recuerdos y mejores momentos, es preciso volver a construir un proyecto deportivo con nuevas caras, tanto en el césped como en el banquillo. Un trabajo que debe iniciarse desde la pretemporada y con el horizonte temporal adecuado. El pasado febrero el presidente del Athletic, Josu Urrutia, manifestaba lo siguiente: "Falta un año para acabar nuestro mandato. Nos queda un 25 por ciento de nuestro mandato. Falta mucho tiempo y tenemos que estar tranquilos. Sabemos que 2019 es un año electoral y como siempre los socios y socias del Athletic elegirán lo mejor y se presentarán los que quieran presentarse. Vamos a estar tranquilos. Nuestra responsabilidad no son las elecciones. Ya llegará el momento. Pero no habrá elecciones en verano".
Y es en este punto cuando retomo el titular de este artículo, ya que desde la cabeza del club, el presidente y su junta directiva, es necesario que antepongan los intereses generales sobre los particulares. Todo eso pasa porque el nuevo proyecto se inicie con unas elecciones anticipadas y no en medio de una temporada ya en marcha y en plena competición. Es preciso que el nuevo técnico no esté al albur de los gustos de un nuevo presidente si se diera el caso, y pueda contar con una tranquilidad que no te la concede un proceso electoral. Ya es suficiente hándicap para quien venga a ocupar el puesto de Cuco Ziganda, que Urrutia, en un ataque de presidente, le diera por tapar el culebrón Kepa Arrizabalaga con un número de renovaciones que deja una plantilla inflada e hipotecada. A todo ello hay que añadir un mercado bastante limitado. A todo esto, no pongamos palos en las ruedas a un nuevo proyecto, y evitemos una campaña electoral y unos comicios en plena temporada. Considero que Josu Urrutia debe apelar a la responsabilidad y pensar en lo que más conviene al equipo más allá de posibles cálculos o intereses personales, que aunque sean legítimos, no es lo que más conviene al Athletic.
Por Rafa Arberas, periodista de M80 Llodio. Community Manager y experto en deporte y comunicación.