¿Kepa Arrizabalaga, el hereje?
Hay quien renuncia a su credo para salvar el pellejo, a otros no les hace falta más que un empujón económico o la promesa de ganar inciertos títulos.
No podemos decir que aquel niño que se hizo mayor en Lezama no tenga derecho a perseguir otros sueños. Le podremos criticar que se vaya del Athletic Club tras el esfuerzo acometido, pero nunca que crea que su vida debe desarrollarse en inglés, porque más allá de sentimientos está la voluntad de crecer y este territorio pertenece al alma del jugador.
Es un hereje sí, pero quién no lo es en un mercado obsceno y pervertido que manejan las casas de apuestas, los millonarios caprichosos y los jeques con licencia para patrocinar todo cuanto se les antoja.
No creo que el dinero sea el trampolín de fuga de Kepa, sino el escaparate internacional que se le presenta como la tierra prometida.
Ya no le llamarán Arrizabalaga, porque para un residente del burgués barrio londinense de Chelsea es un trabalenguas, ahora será Kepa que coincide casi fonéticamente con la palabra portero en inglés (keeper).
Jacob compró la primogenitura de su hermano Esaú por un plato de lentejas. El Chelsea lo hace por la mayor cifra pagada jamás por un “goalkepa”. 80 millones que nos dejan forrados pero que descosen el forro esencial del traje del Athletic que es a la vez su mayor tesoro, la cantera.
Si se le sigue sin prestar la necesaria atención veremos más fugas. Las penas con pan parecen menores pero no dejan de ser penas y el proyecto Athletic donde el máximo éxito sería alcanzar la final de copa no convence a toda la tropa.
Por Patxi Herranz, periodista de El Correo y Radio Popular