La hora de los futbolistas
Por desgracia el 'Toto' Berizzo ya es historia en el Athletic Club. Era inevitable con esos números. Cuando se llega a esa situación y se deben tomar decisiones tan drásticas algo se pierde en la esencia del Athletic. Es un paso atrás en su idiosincrasia. Aparecen síntomas de debilidad. Surgen las dudas y los debates, principalmente centrados en la filosofía.
Y más ahora en pleno proceso electoral, los cuales han dejado siempre tantos posos negativos como rencillas y cualquier fecha ha sido inoportuna. Ni el enemigo lo habría firmado mejor. Elecciones en medio de la campaña y crisis deportiva. Un cóctel con unos ingredientes indigestos. Lo que nadie quería.
Pero no es hora de debates estériles. Ahora las miradas hay que dirigirlas hacia otros menesteres. Todavía hay tiempo para salir del precipicio. Imprescindible para escapar del pozo trabajo, sensatez, paciencia y unión. Queda mucho camino por recorrer y la comunión grada-jugadores será indispensable.
Ahora es cuando más apoyo se necesita y arroparles en San Mamés, como ha sucedido en las peores etapas a lo largo de la historia. Y un hombre de la casa como Gaizka Garitano encaja en ese perfil. Aire fresco.
Relevo natural. Por delante el mismo reto que lidió su aita en la segunda campaña del bienio negro. Vuelve al escaparate de Primera. Esas experiencias negativas, principalmente en el Deportivo y Valladolid, le han curtido. Como bien apuntó en su primera rueda de prensa “no es un problema, sino una oportunidad”.
Junto a Patxi Ferreira en el filial ha incidido en el aspecto táctico, orden, equilibrio, defensa en zona y una estrategia muy bien trabajada. Le costó arrancar la temporada pasada, pero impregnó al equipo de un espíritu competitivo letal hasta sellar el pase al play off de ascenso a Segunda.
No le dolieron prendas en los albores en dejar en el banquillo a jugadores de renombre. Durante la primera parte de la competición no dudó en privarle de minutos e incluso dejarle fuera de convocatoria a una de las joyas de la corona de Lezama, como Iñigo Vicente. Su rendimiento de la mano del técnico de Derio ha dado un salto espectacular.
Pero no se ha llegado a esta situación de casualidad. Es un problema que viene de largo. No se ha sabido digerir el éxito desde las altas esferas. Nunca las alineaciones titulares del Athletic se han caracterizado por una media de edad tan alta.
No puede ser que ni Ziganda ni Berizzo hayan sido los únicos culpables de este declive. Los futbolistas cuentan con una cuota de responsabilidad muy alta al igual que la dirección deportiva. Ya llegado la hora de que hablen en el césped. Fuera milongas y palabras huecas ante los micrófonos. Es el momento de hablar sobre el terreno de juego.
Por Eduardo Izquierdo, periodista y socio del Athletic Club