Las palomas del Athletic que "curaban" en Santa Marina
Remigio López ideó en la década de los 40 un ingenioso sistema para que los internos del sanatorio de Santa Marina pudieran conocer cuando el Athletic Club marcaba un gol. Entrenó a unas palomas mensajeras que se desplazaban hasta allí. En la época de "Los cinco magníficos" llegaron a ir en varias ocasiones.
Hoy en día un WhatsApp, un mensaje de Messenger o, simplemente, una llamada telefónica te informa de los goles que nuestro equipo marca en San Mamés. Pero no siempre fue así. En el hospital de Santa Marina, muchos aficionados ingresados allí querían conocer el resultado de los partidos, pero las comunicaciones no eran tan rápidas como en la actualidad.
Eso fue lo que le dió la idea a Remigio López, apodado 'el Morito'. Remigio fue un adelantado a su tiempo y ya elucubró sobre cómo informar cada vez que uno de nuestros leones había marcado un tanto. El sistema sería realizado a través de palomas mensajeras.
En la temporada 1946-47, este gran aficionado fue el encargado de que desde San Mamés, cada vez que había que celebrar un gol, una paloma mensajera volara hasta Monte Avril. Concretamente hasta el sanatorio.
Cada jornada en San Mamés se transportaban varias de estas aves en una caja pintada con los colores del equipo rojiblanco. Y, en el momento del gol, se sacaba una a la que se le ataba en una pata una anilla con un papel. En el papel se escribía el nombre del jugador que había marcado y el resultado hasta el momento.
Pero en el método para anunciar los goles del Athletic hay dos versiones. Por un lado, se dice que era con el papelito en la pata, y, por otro, que se mandaba una paloma oscura o clara en función de si el resultado era a favor o en contra de nuestro equipo.
Además del nombre de Remigio asociado este sistema de notificación, el señor Basterretxea, del caserío 'Pantoa' de Lezama, debió encargarse unos años antes de llevar desde su criadero de palomas hasta San Mamés a estas simpáticas comunicadoras.
El 18 de mayo de 1947, los avisos de las colúmbidas vidas hasta Santa Marina fueron continuos. Ya que Piru Gainza hizo felices a los aficionados en ocho ocasiones.
Por Esmeralda Herlo, autora del Blog "Conoce Bilbao con Esme"