Chapuzas, calendarios y solapes de temporadas
No voy a extenderme respecto a las extraordinarias circunstancias que nos están tocando vivir: tenemos, por suerte o por desgracia, información al minuto, y sería llover sobre mojado. Tan solo mantener la esperanza en la resolución más rápida posible de este gravísimo problema mundial, y con los menores daños directos y colaterales.
Uno de estos daños inducidos, aunque actualmente pueda sonar a frivolidad, es la paralización absoluta de cualquier tipo de evento deportivo que, además de tener gravísimas consecuencias económicas en un futuro próximo, añade un punto de frustración a los que somos amantes del deporte en general, y del fútbol en particular.
Eurocopa, Champions, Europa League, Copa del Rey, LaLiga Santander… en el aire, sin solución de continuidad y con la probabilidad cierta de que pueda solaparse una temporada con otra, y no haya manera de rematar la presente sin caer en chapuzas o calendarios imposibles.
Paradójicamente, y a expensas de que la pandemia no se cebe en el seno de nuestro Athletic Club, creo que este forzado parón puede venir bien al equipo, en líneas generales… si es que la competición se reanuda en un plazo razonable.
Es verdad que la preparación física de los jugadores estará mermada por falta de entrenamiento, pero ese mal es común al resto de equipos; y también es cierto que, tras una racha demasiado larga ayuna de victorias, el Athletic había cambiado la tendencia en los últimos encuentros, y esta suspensión de actividad no le ha beneficiado ahora;.
Pero no cabe duda de que nuestro equipo goza de una plantilla corta, y no se bien si por carencia de jugadores de cierta calidad, o simplemente a causa del escaso número de ellos que cuentan con la confianza del entrenador, pero el hecho es que un descanso no excesivamente prolongado debiera beneficiar a esos rojiblancos clave que todos tenemos en mente, y que en los últimos partidos mostraban una merma física alarmante.
Y luego, siempre nos quedará la Copa, nuestro bendito torneo, al que tampoco sabemos cómo conseguirá encajar la Federación Española en este diabólico puzzle del hipotético calendario. Tal y como están las cosas, probablemente solo existan dos alternativas: antes del verano, a puerta cerrada, o a partir de setiembre u octubre a estadio lleno.
Como creo que el fútbol sin público es un espectáculo totalmente descafeinado y, en el caso de una Final –de lo que sea- inaceptable, apuesto porque se celebre tarde pero en condiciones, con decenas de miles de hinchas disfrutando in situ o desde sus casas de un fantástico acontecimiento. Sería una pequeña recompensa a los sacrificios que nos está tocando hacer a todos, y los que aún están por venir…
Por Carmelo Rodrigo, socio del Athletic Club, autor de la biografía de Andoni Goikoetxea y contertulio en Onda Cero
@carmelo_rodrigo
(Bilbao, 1961). Licenciado en Derecho por Deusto y trabajando siempre en el sector financiero. Más de 900 artículos publicados y 22 años en radio, todo relacionado con economía, fútbol, toros y gastronomía. Habitual en San Mamés desde los 7 años y socio hace 40. Ahh!!! y seguidor del Athletic Club por toda España y medio mundo. Más información en www.carmelorodrigo.com