El empate (1-1) del Real Valladolid en el Estadio Abanca-Balaídos ante el RC Celta de Vigo ofreció cierta esperanza, pero, a la vez, enorme dolor. Encajar un tanto en el minuto 94 siempre es doloroso. Hacerlo en la situación en la que están los pucelanos, más aún y, por supuesto, duele mucho cómo se produjo el tanto de Jeison Murillo.
Recibir un gol en el último minuto, que hace perder dos importantes puntos tras la mala defensa de una acción a balón parado debilita a cualquiera y el Pucela, obviamente, no es diferente. El equipo de Sergio González, que tenía en la mano la posibilidad de dar un importante golpe sobre la mesa, se encontró con un mazazo a su esperanza en el último suspiro.
Con él, los blanquivioleta pierden fuerza en su salida de la zona de descenso a LaLiga SmartBank, pero, también, generan miedo. El equipo sigue sin ser fiable ni regular y, por ello, quedan suspendidas las esperanzas de ilusión de los pucelanos. En Vigo, ciertamente, el Real Valladolid mostró una mejor versión y, por ello, se podía haber cambiado el análisis y la esperanza.
Neutralizados parte de los argumentos por la mala defensa de la acción y el gol encajado, la situación blanquivioleta tras Balaídos queda equiparada. Si la ilusión por lo vivido y lo generado era lo que predominaba hasta la última acción del encuentro, el final del duelo equipara los análisis y los conceptos y reparte en un 50% la sensación de ilusión y miedo.
El Real Valladolid puede tener esperanza porque, indudablemente, mejoró las credenciales de los últimos partidos y los últimos meses, pero, también es comprensible que el mundo blanquivioleta este apoderado por el recelo de ver que acciones ya vividas lastran tanto a un equipo que va al límite en puntos y sensaciones, y que detalles así le condicionan en su evolución e ilusión.
Yo diría más miedo que ilusión por como se están resolviendo los partidos,cada partido es diferente pero justo contra el Celta no se estaba jugando mal y a partír del gol se podia haber tenido más el balón arriesgando un poco,en el minuto 93 llega el gol celeste de una falta innecesaría y no la sabemos defender con 7 defensores no se entiende,y esto si da miedo y quita la ilusión de la afición El sábado el Getafe que practica futbol-fuerza,haber como se puede resolver.SIEMPRE PUCELA.
Una pena pero el camino a segunda parece estar trazado
La única ilusión y esperanza posible de este equipo es un cambio de entrenador. Todo lo demás es una lenta agonía hacia el pozo de la 2a división y un hartazgo.