El patrocinador de Sergio

Sergio González es una persona o, como poco, un entrenador al que no le gustan los tópicos o los "estigmas", que él diría. No le gusta que se generalice, pero él, en muchas ocasiones, lo realiza, y es por ello que este sábado, cuando se cumplen tres años desde su llegada al Nuevo Estadio José Zorrilla es momento de analizar su estancia en el Real Valladolid y, ante todo, sus dos renovaciones y su presencia en cuatro temporadas consecutivas.

El entrenador catalán ha estado definido en este tiempo como un entrenador con "picos de sierra", término que él mismo ha utilizado en muchas ocasiones. Pese a conseguir los objetivos, la forma de hacerlo no ha sido regular. Ha tenido muchos picos y muchos altibajos. Él y el equipo. En ellos, se ha llegado a hablar de destitución, y no sólo en la presente temporada.

Una racha parecida a la actual y casi peor que algunas de la presente temporada le llevaron a la picota en fases de la temporada 2018/2019. A él le sorprendían las dudas, pero a Miguel Ángel Gómez, no. El director deportivo del Real Valladolid compareció en marzo de 2019 para confirmar que Sergio era el entrenador pucelano y que con él se iba a seguir hasta el final.

El guion que se vivió hace sólo unas semanas fue el mismo de la primera temporada y, muy posiblemente, no se repitió la pasada por el parón competitivo producido por el confinamiento. Aquella derrota (1-4) ante el Athletic Club antes del parón y la sensación del equipo sobre el terreno de juego hubieran obligado a otro gabinete de crisis y a otra comparecencia de salvamento de Gómez.

Apuesta, renovación y confianza

El director deportivo pucelano fue el que apostó de forma ciega por Sergio González hace ahora tres años. Fue una decisión suya y una medida sobre la que él creía. Quizás porque no tenía más en ese momento, es cierto, pero, posteriormente, ya en LaLiga Santander, el abanico de posibilidades era alto y el Club y Miguel Ángel Gómez han seguido apostando por Sergio. En los éxitos y en los fracasos. En los aciertos y en los errores. Incluso en las desavenencias.

La apuesta no ha llegado en forma de las dos renovaciones firmadas, sino en la confianza mostrada en momentos tan delicados y tras derrotas tan duras como las sufridas esta temporada ante el Deportivo Alavés o la Sociedad Deportiva Huesca. Por ello, y con todo el merecimiento que tiene Sergio al mantenerse en un banquillo profesional durante cuatro temporadas y tres años, es merecido señalar a quien ha patrocinado esta aventura.

Pese a que hayan tenido altibajos en el día a día, lógicos en tres años y en un mundo tan voraz como el fútbol, nada hace imaginar la presencia de Sergio González en Zorrilla sin Gómez, aquél que apostó por él cuando había poco que perder, pero que ha creído y confiado en él cuando peor pintaba la situación. En esos malos momentos, Sergio le ha dado la vuelta a la situación y lo ha hecho porque con confianza y seguridad todo es más fácil.