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¿Por qué?

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Cada día que pasa desde el cambio de escudo del Real Valladolid entiendo menos todo lo que ha ocurrido en el Club. El silencio, quizás, hubiera sido la mejor de las opciones porque las excusas y los argumentos de David Espinar esta semana fueron peores. Las justificaciones han sido y son mucho peores que el movimiento, que ya es decir. Si no entendía por qué se ha cambiado o sustituido, mejor dicho, el escudo del Club, menos comprendo cómo lo han querido justificar desde las oficinas del Nuevo Estadio José Zorrilla.

En dichas declaraciones del Director del Gabinete de Presidencia del Pucela en Radio Marca Valladolid sentí que estaba escuchando a un político. "Hemos hablado con con historiadores", llegó a asegurar. En ese momento recordé a los "expertos" del Gobierno de España en el confinamiento y en la normativa tras él. No salía de mi asombro al utilizar un argumento tan pobre, pero, sobre todo, al considerar él que era una justificación de peso.

Queriendo dar relevancia y justificación a la radical decisión tomada, desde el Club, como desde el Gobierno, se alude a una serie de "expertos" o "historiadores" para intentar reforzar una decisión unilateral. Pluralizar una opinión sobre una medida cuestionable parece liberar de presión a aquellos que toman dicha decisión, pero no, y menos si se justifica de una forma tan pobre como la realizada.

¿Por qué?

El movimiento ha sido malo, indudablemente, pero la respuesta tras él, peor. Ahora, vista la polémica y la crispación creada, desde el Real Valladolid se está intentando cambiar el foco y se está queriendo desviar la mirada de lo importante. Con todo, nadie ha podido, nadie ha querido y nadie ha intentado explicar de una forma convincente por qué se ha hecho este cambio y por qué se han elegido estas formas. Si una de las justificaciones utilizadas es que "es más sencillo de dibujar por un niño", el problema es grave. Muy grave.

Lo es, primero, porque un movimiento de esta envergadura no tiene sentido y no tiene justificación. No lo tiene, como tampoco lo tienen los argumentos, justificaciones y respuestas utilizadas. Nada tiene sentido porque nadie ha sabido explicar por qué se ha hecho este cambio.

¿Por qué? La pregunta es sencilla, pero las respuestas encontradas hasta el momento son, simplemente, pobres, inexistentes o políticas, aquéllas que parecen decir mucho, pero, en realidad, no dicen nada. Ahí está el problema. El que ha generado la crispación y el que va a separar al Club de su afición más cercana.

El nuevo escudo del Real Valladolid en el Estadio José Zorrilla (Foto: Efe).