El despertar de la fuerza
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"El 'Nuno vete ya' me duele y lo padece mi familia"
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"Estoy convencido que la afición va a cambiar su opinión"
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Alcácer y Jaume no acallan el "Nuno vete ya"
Soy un fan de la Guerra de las Galaxias. Es, sin duda, mi saga de películas preferidas. Me he criado con ellas -nací en el 75-, he soñado con ellas y recibo cada estreno con ansias. Mi hijo Víctor, (juro que nada tengo que ver), ha heredado esa pasión por esta preciosa historia de amor, caballeros y la eterna lucha del bien contra el mal, ambientada "en una galaxia muy, muy lejana". De hecho, no es raro verlo disfrazado por el pasillo de casa, con una camiseta mía a modo de túnica, armado con una espada láser de juguete, desafiándome a mí, y a su madre, mientras sueña con tener una de verdad... Miedo me da.
El caso es que, ahora, a finales de año, se estrena la séptima entrega de la saga, "El despertar de la fuerza" que, si quieren que les diga la verdad, no sé muy bien de qué va, pero cuyo título me atrae, me fascina y me recordó a lo que viví en Mestalla en el derbi de este sábado pasado. Porque, cuando el grupo, la afición, la masa, la mayoría, en el ejercicio de su libertad se pronuncia, es difícil detenerlos. No se pueden poner puertas a mar y, por más que parezca que la afición del Valencia predica en el desierto, su grito "Nuno vete ya" retumbó con fuerza y con una dirección inequívoca.
Al final, el equipo, las fuerzas imperiales, aplastaron la rebelión a base de goles y fogonazos, pero no apagaron la fuerza. Los rescoldos de la rebelión siguen encendidos y la guerra no parece que vaya a terminar en breve.
Mirar a la cara a Nuno
Era un día para ver a Nuno, nuestro Darth Vader valencianista, de primera mano. Bajé raudo y veloz a la sala de prensa. Necesitaba saber si le habían hecho mella los gritos, si la sonrisa en el palco de Negredo había traspasado su máscara y si, en efecto, debajo de esa máscara en forma de tez cobriza y barba cuidada se encontraba el Anakin Skywalker que algún día debió ser. Lo vi tocado, como en el las películas previas de la saga, pero no derrotado. Al menos, no dispuesto a bajarse del burro todavía para salvar a su hijo, "su" Valencia. Le noté todavía fiel a sus ideas ¿?, a Jorge Mendes ¿?, a Peter Lim. Le dolían los gritos, dijo ¡A quién no! pero se mantenía aferrado a sus mandamientos Jedi: "me quedo con el resultado" o "soy el más interesado en que Negredo vuelva".
Nuno esté en el camino del bien, lo noto. La fuerza del Valencia le hace mella, le ha bajado del pedestal, el técnico ha cambiado cosas, pero no sé si llega a tiempo. Las dos buenas entrevistas que dio en Las Provincias y el Levante-EMV, de las que ElDesmarque Valencia se hizo eco atestiguan que alguien le ha dicho que saque su lado humano. Sin embargo, el sábado, Mestalla, entre gol y gol cantaba contra Nuno. Para muchos se ha convertido ya en el "pimpampún" de la grada, en el "jijí-jajá" de todos los días. Otros, opinión muy respetable, lo criticaron desde el principio. Cuestionaron a Nuno incluso cuando los resultados lo avalaban. Esos han logrado que su pensamiento sea mayoritario (que no unánime). La fuerza latente de la afición se ha despertado. Ahora bien, en mitad de un gol criticar al entrenador, o silbar a un jugador como Parejo antes incluso de que salga al campo, siendo respetable, yo no termino de entenderlo.
Me aterra su máscara de prepotencia
A mí, si me preguntan, la impresión que me produce Nuno sigue siendo la misma. Me aterra esa máscara de cierta prepotencia en la que da la sensación que quiere envolverse, me da miedo esa intención de mostrarse poco humano y poco cercano. No me gusta el caparazón de soberbia impostado que le envuelve, pero me sigue valiendo siempre que los resultados sean los del año pasado, que es a fin de cuentas lo que importa. El 3-0 ante el Levante es calcado a muchos partidos que el Valencia jugó la temporada pasada. Es como la Estrella de la Muerte reconstruida que aparece en la última película de la saga (El Retorno del Jedi) y que acaba siendo destruida de nuevo. Esto es, un equipo que no juega bien, que no convence, pero que gana y que en Mestalla es bastante fiable.
Con este panorama, como mi querido Luke Skywalker, (Mark Hamill), sigo buscando en su interior confiando en que, al final, el bien vencerá al mal. Eso sí, le recuerdo a Nuno que, en la peli, esa lucha interna, ese despertar de la fuerza, termina por llevarse a Darh Vader por delante. Si sucederá lo mismo o no en la realidad, es una cosa que desconozco, aunque a este paso, mala pinta tiene. Feliz semana.
David Torres
Delegado ElDesmarque Valencia