Lo mejor y lo peor del año 2019
Se acaba el año 2019 y es momento de mojarse y decir qué fue lo mejor y lo peor de todo lo que le sucedió al Valencia CF en estos últimos doce meses.
Tras los sesudos análisis que lanzamos todos los medios de comunicación estos días, en los que tiramos de memoria para repasar lo que sucedió en los últimos doce meses, les ahorro el repaso a los acontecimientos que marcaron el 2019 en el Valencia CF. Prefiero ir al análisis sintético de qué fue lo mejor y lo peor en clave valencianista y el porqué.
Sin duda, lo mejor fue la consecución de la Copa del Rey. Descarnado de otras capas económicas y de intereses, el fútbol es pasión, emoción, orgullo y sentido de pertenencia a un club; y ganar títulos es el mejor abono que puede tener esta afición. En una época en la que ganar copas está al alcance de muy pocos -solo Real Madrid y Valencia CF han conseguido doblegar al Barça de Messi- haberse apuntado la Copa del Rey de Sevilla es algo grandioso, para recordar. Es, sin duda, lo mejor de 2019 y, por eso, gracias a todos los que lo hicieron posible.
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Y el vídeo más visto del año en nuestras redes es... ¡La victoria del @ValenciaCF ante el @FCBarcelona_es en la final de la #CopaDelRey!
🤓🍿 Puedes ver todos los vídeos en https://t.co/SWn0rIWGCu pic.twitter.com/XpUAkiA7BI
— RFEF (@rfef) 25 de diciembre de 2019
Lo peor del año del Valencia CF
En el otro lado de la balanza, después de darle muchas vueltas, señalaré como lo peor una sensación, la constatación de un hecho más que un acontecimiento en sí. Para mi lo peor de 2019 es comprobar como, cinco años despúes de su aterrizaje en Valencia, la distancia entre Peter Lim, Meriton y los valencianistas sigue siendo sideral. La falta de entendimiento a las decisiones que toman y, en muchos casos, las formas, los convierten todavía en "aquellos de fuera que vinieron a comprar el club" y no les permiten ser "los valencianistas de Asia que..." Pongan ustedes el final de la frase.
Escrito está y lo repito: Hay decisiones que no comparto -por ejemplo fundirse el proyecto que encabezaban Alemany o Marcelino con la temporada empezada- pero es que además no se han explicado. Hay tantas cosas que hace Peter Lim que no se explican que producen rechazo y que terminan en protestas en la calle fruto del descontento y, en muchos casos, de la incomprensión. El último trimestre dejó muchos ejemplos de que la distancia entre Meriton y la afición sigue siendo enorme y solo los resultados positivos -bienvenidos y aleluya- impidieron que la desafección social y el resquebrajamiento entre la propiedad y la calle fuera mayor. Está claro que si la pelota entra, todo va bien; pero el mar de fondo debe ser apaciguado. Ése debería ser el gran propósito para 2020: Acompañar la bonanza deportiva con una mayor dosis de empatía y de explicación. Feliz semana y feliz comienzo de año.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia