Cavani rompe corazones pero no rompe relaciones

El tema del adiós de Edinson Cavani me ha hecho sufrir. Me ilusionó su fichaje y estoy convencido que aún tiene goles en la cartuchera, pero es verdad que sus últimos seis meses han sido terroríficos y que el Valencia necesita goles. Me da pena que se vaya antes de tiempo, su adiós prematuro, porque siempre le vi trazas de gran futbolista y como persona y profesional su actitud ha sido y es encomiable. Me duele que se marche, a mí y a muchos aficionados, pero fue un amor de verano que me rompe el corazón, pero que no puede romper mi relación.

Y, por seguir el símil amoroso, nuestra relación firme es con el Valencia, con Rubén Baraja, con el tipo que cogió el toro por los cuernos la temporada pasada y salvó al equipo descartando a futbolistas como Cavani o Castillejo -nada que ver uno con otro por su actitud en redes sociales- para apostar por los chavales y le salió bien.

Cuando flojean las parejas, cuando las cosas vienen mal dadas es cuando más firme tiene que ser uno en sus convicciones y darse cuenta, de verdad, qué es lo que importa y dónde está el amor verdadero. Y ahí es dónde Baraja siempre ha estado a la altura. La decisión de dejar fuera a Cavani, Castillejo, Racic y compañía no es fácil o al menos no es cómoda, pero el vallisoletano no dudó, no le tembló el pulso como cuando la temporada pasada apostó por Javi Guerra, Diego López o Alberto Marí. Ahí se ganó el respeto de todos, del que lo tenía ya y de los que no lo conocían.

En época de vacas flacas por culpa de Peter Lim y de escasez de referentes, que el Pipo esté al frente de la nave y que la dirección deportiva (Corona) trabaje para y con él es una de las cosas con más sentido que he visto en el Valencia en los últimos tiempos. Aunque sea para administrar miseria, dejen en manos de los profesionales la gestión futbolística. Sólo por esas dos razones toca de despedirse de Cavani. Siempre quedará el recuerdo, la pregunta de qué hubiera pasado si... Y, en mi caso, el agradecimiento por su respeto a la hora de tratar siempre a los valencianistas y al club. Quizá en otra época este amor de verano podría haber sido el amor de nuestras vidas pero nuestro corazón está ocupado por algo más grande que un Matador, que es el club que heredamos de nuestros padres, el sentimiento de pertenencia y esos valores si alguien los encarna en este Valencia, ese es Rubén Baraja. Feliz semana.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en Valencia

dtorres@eldesmarque.com