La ilusión de encontrar un piso nuevo llamado Nou Mestalla para este Valencia CF revolucionario
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La ilusión por cambiar de estadio se ha desvanecido
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Que nadie olvide que hay una sentencia de derribo pendiente sobre Mestalla
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¿Quién no recuerda la ilusión que sentía cuando buscaba su primer piso?
Mientras me divierto viendo la goleada de este Valencia revolucionario y atrevido que ha formado Baraja, que pasó por encima del Cádiz y que quiere irse de Erasmus a Europa, me nace decir eso de que "hay que ponerles un piso" a estos chavales y a su técnico y de ahí la mente se me va inconscientemente al Nou Mestalla y sus vicisitudes. La Copa y la propia prudencia hace que el equipo me haya alegrado el domingo pero que sea la mía una felicidad contenida.
Nadie quiere decirlo muy alto ni ilusionarse demasiado con la Copa, pero es que es para frotarse los ojos y ver lo que han hecho estos chavales contra todo y contra todos. ¿Cómo no quererlos? Se lo merecen todo.
El tema del Nou Mestalla
Dejemos, en todo caso el verde de momento y centrémonos en el piso. Cada vez que hay un paso significativo con el Nou Mestalla como esta semana, cuando la alcaldesa Catalá anunció que las licencias estarían antes de marzo y su socio de gobierno (VOX) dio un volantazo tras entrar Barrera en escena asegurando que ahora sí apoyará que hay Mundial 2030 (y eso pasa obligatoriamente por tener el campo acabado); se nos reabren a todos las carnes con el dolor que significará dejar nuestra casa, Mestalla, para mudarnos al nuevo. El hastío que me produce el asunto del nuevo estadio es directamente proporcional a los años que ese campo lleva parado sin que ninguna gestión del Valencia CF, ni las de antes, ni las de ahora con Peter Lim, dieran pasos firmes para resolver el asunto de forma clara y concisa.
Yo aún recuerdo cuando buscaba casa o cuando iba a afrontar una reforma en el piso. Percibo esa ilusión en mi hermano cuando está a punto de encontrar su primer piso con su pareja... Era y es una sensación que mola. Son los sueños imaginados que empiezan a hacerse realidad... Pero claro, en el Valencia CF nos cargamos hasta eso. Ha pasado tanto tiempo desde que empezamos a buscar estadio que algo que tendría que ser ilusionante como es ir a una casa nueva con todos los estímulos y proyectos de futuro que eso supone, se ha convertido en una pesadilla, en un debate continuo más romántico que real sobre si convendría poco, mucho o nada cambiarse al nuevo campo.
Escrito está pero lo hago por enésima vez. Seré el primero que llore cuando vea derribar Mestalla, pero eso no me impedirá ser consciente que, a día de hoy, con 170 millones invertidos en el nuevo campo, una deuda cuyo principal aval son los terrenos del actual Mestalla y una sentencia de derribo pendiente de ejecución sobre la Tribuna de la Avenida de Suecia, el único camino saludable es irse al nuevo estadio. Nos costará acostumbrarnos, tardará un tiempo la afición en darle el cariz y el peso que hoy tiene Mestalla en el devenir deportivo del club, pero al final lo conseguirá y, de paso, el club ampliará su frontera de posibilidades económicas con el traslado. Sostener dos casas a la vez es inviable para un club como el Valencia.
Además, estoy convencido de que cuando el Nou Mestalla esté en marcha, y con el club medio saneado económicamente, Peter Lim se sentará a escuchar ofertas para vender y largarse. ¿Hay quién da más?
Entretanto, disfrutemos de cómo el Valencia CF de la mano de Mestalla afronta una ilusionante eliminatoria de Copa ante el Celta de Benítez. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia