Cuarentena sin fútbol, Día 6: Miren qué graciosos y flojos somos los andaluces...

He dado el fin de semana de relax a mis hijos para que se dediquen a sus cosas, aunque me da que me toca hacer de portero y de jugador de voleibol más de una vez. El encierro por el coronavirus sigue y se sobrelleva de la mejor forma posible, siempre con una sonrisa salvo cuando uno ve y escucha las tonterías que muchos españoles siguen haciendo. Quédense en casa, por favor.

Menos mal que la inmensa mayoría de andaluces sí estamos aceptando este nuevo reto que nos da la vida. Ahí están los datos. Claro que me gustaría que hubiera cero casos, que todo esto sea un sueño y se termine una de las mayores crisis que nos tocará vivir. Que no haya más enfermos, que no haya más muertos. Que todos estemos bien y podamos pensar en lo que más nos gusta. Que disfrutemos con la familia, vayamos sin problemas al trabajo o a esos bares donde nos relamemos la boca. Con fútbol, con cine, con fiestas, con charlas entre amigos. Ya habrá tiempo pero tengan claro que en Andalucía estamos dando ejemplo.

Sí, el ejemplo no es por ser tratados como flojos, graciosos, cuentachistes, poco trabajadores, dormilones, gente que habla mal y se come las letras, por esta todo el día de fiesta... Miren los datos y el que critique a los andaluces, que se lave la boquita. Con agua y con jabón, que ahora es muy bueno.

Los andaluces estamos demostrando haber aprendido muchas lecciones y que estamos (casi) todos a una para salir de este mal cuanto antes. Una de las zonas con mejor porcentaje de enfermos por cada 100.000 habitantes, a la espera de que esa cifra, siempre superior a lo que uno quiere, vaya reduciendo hasta cero. Y así será.

Los aplausos de las ocho de la tarde, canciones de todo tipo, vídeos muy divertidos y gente que se toma la vida con buen humor. Eso hacemos en Andalucía, pero con la primera premisa de que vamos a acabar con este maldito virus. Entre todos somos fuertes, más aún si nos quedamos en casa. Gente de España que critica a los andaluces, sigan llamándonos flojos pero hagan como nosotros por un tiempo y no hagan nada. En casa se está muy bien.