Esperaban los béticos la renovación de Loren Morón y la renovación de Loren Morón llegó. Un momento de felicidad para muchos y otros que se quieren apuntar el tanto. Digo lo del tanto no por dar la noticia antes o después, sino aquellos que creen que han sido fundamentales para que Loren siga vistiendo la camiseta del Real Betis. Un jugador que llegó al filial, que no se curtió en los escalafones inferiores del Betis, pero que sintió el beticismo desde el primer día.
Mejor dicho. Empezó a vivir lo que era el Betis cuando un entrenador le dijo lo que había. Cuando un entrenador, su entrenador, le dijo la verdad. Loren escuchó a José Juan Romero y empezó a crecer. Empezó a jugar. Empezó a marcar goles. Y empezó a que alguien de arriba y del primer equipo supiera cómo se llamaba. Porque tuvo pie y medio fuera del Betis en una disputa interna que aún pocos entienden.
Su entrenador del filial, repito otra vez, su entrenador, fue el que hizo ver a quienes tenían la llave de lo que Loren podía dar. Por una vez escucharon a su entrenador y Loren respondió. Parte de culpa claro está fue de Quique Setién, que se la jugó porque escuchó e hizo caso. Loren brilló en sus primeros partidos en la élite pero su segunda temporada no fue la esperada. Nadie sabrá qué hubiera pasado con una mayor apuesta de Setién por Loren y no tanta por Jesé o Sanabria. Ahí están los números de uno y otro en el Betis.
No es Cristiano Ronaldo ni Messi pero tampoco es un delantero malo como muchos, incluso dentro del Betis, decían tener. Incluso esta temporada ha tenido que sufrir por eso de la competencia que pocos entienden: marca goles pero jugaba otro. Es el fútbol y Loren es feliz en el Betis. Entiendo que renovará las veces que haga falta porque quiere seguir mucho tiempo en Heliópolis. Lo que no tengo tan claro es qué quieren en el Betis con Loren. Me da que es una renovación de mentira, porque como llegue una oferta (y no tiene que ser de muchísimos millones de euros) Loren irá fuera al final de temporada. Y entonces, si sale, habrá alguno que tenga que seguir dando las gracias al chaval, cuando hace apenas dos años no sabían ni su nombre.