Y volvió la paz
Un partido. Un solo partido puede cambiar la mentalidad de un equipo y toda una afición de verse en lo más hondo de un pozo a encaramarse a los cielos. El Real Madrid se llevó El Clásico el pasado domingo ante el Barcelona y ha vivido una de las semanas más plácidas que se recuerdan en Chamartín.
Con el empate ante el Celta y las derrotas frente a Levante y Manchester City, el conjunto blanco volvía a ser el equipo sin alma de la pasada temporada. Los fallos defensivos se sucedían, los delanteros no tenían gol y la afición volvía a señalar a los jugadores a los que no podían silbar cuando ganaban.
Han pasado ya unos días desde El Clásico y casi nadie se acuerda ya de sus críticas de hace una semana, cuando parecía imposible ganar al Barcelona
Algo que cambió en 90 minutos. O mejor dicho, en 45, ya que la primera parte del Real Madrid en El Clásico volvió a ser un calco de los partidos anteriores.
Todo cambió con los goles de dos futbolistas que muchos hubieran echado del club. Vinícius, el que todo lo fallaba y Mariano, que para muchos ni existía. Ahora, ambos parecen listos incluso para ser titulares.
✨ ¡Grandes trucos!
🎯 ¡Golazos!
⛔ ¡Paradones!
👉 Hoy en el #RMCity... pic.twitter.com/CCw1Ng52Zy— Real Madrid C.F.⚽ (@realmadrid) March 5, 2020
Pero sin duda, el gran beneficiado de esta victoria ha sido Zinedine Zidane. El francés ha logrado, por fin, frenar a Leo Messi en los Clásicos. Desde la época de Cruyff (como futbolista), el Real Madrid no conseguía dejar la portería a cero contra el Barcelona tanto en el partido de ida como en el de vuelta.
Todos los ingredientes necesarios para una semana tranquila en el Real Madrid que ni siquiera el coronavirus ha sido capaz de perturbar. El madridismo está feliz hasta con Eden Hazard y se preocupa más por su foto con Luka Doncic que por su operación de tobillo.
Este fin de semana llega un nuevo partido, en casa del Betis, y una nueva moneda al aire. Si el equipo pierde, se volverá a hablar de cambio de ciclo. Si gana, más gente pensará aún que es posible remontar la eliminatoria ante el Manchester City en su propia casa. Y en medio, Zidane, que sigue con su plan.