Gareth Bale: la leyenda del Real Madrid que acabó como meme
La mayor duda entre los aficionados del Real Madrid este sábado es qué pensar sobre Gareth Bale. Siete años después se ha marchado del club blanco un futbolista que lo tenía todo para abrir la puerta grande del Santiago Bernabéu en su adiós pero que se marcha, ya no sólo por la puerta atrás, sino por la gatera.
¿Con quién quedarse? ¿Con el jugador que ha anotado más de 100 goles incluyendo tres en finales de Champions League? ¿O con el futbolista que antepuso el golf a riesgo incluso de lesionarse y no mostró ni interés en convencer a Zidane de que debía jugar?
Vayamos a los números, porque aquí Gareth Bale suma unas buenas cifras. En 251 partidos, el galés ha anotado 105 tantos. Muchos de ellos de bella factura y suma importancia, incluyendo algunos al FC Barcelona como el de la final de Copa del Rey de 2014 saliendo a correr desde su área y dejando atrás a Bartra.
El hombre de la carrera con Bartra que marcó la chilena al Liverpool y el golfista que veía un partido de sus compañeros a través de un rollo de papel higiénico. Todo ello es Gareth Bale.
También los que anotó al Atlético de Madrid en la final de Champions League de 2014 (el 2-1) o su doblete al Liverpool en la de 2018. En Kiev, el de Cardiff anotó una chilena que quedará como uno de los grandes goles de la historia de la competición y que sirvió para alzar su cuarto trofeo europeo.
LaLiga Santander (x2), el Mundial de Clubes (x4), la Supercopa de Europa (x3), la Supercopa de España (x2)... su palmarés es espectacular. No hay que olvidar tampoco su compenetración con Cristiano Ronaldo y Karim Benzema en la BBC, delantera que arrasó porterías con una facilidad aplastante.
¿Qué ha pasado para que un futbolista con todos estos logros en siete años no salga como leyenda del club? La lista es larga y comenzó ya desde su fichaje con distintas lesiones que aplazaron su debut.
Los problemas físicos han sido una constante durante todos estos años en los que se le ha achacado el no cuidarse una y otra vez. Por ejemplo yendo a jugar al golf en plena recuperación de una dolencia.
La afición por ese deporte ha quedado clara incluso en forma de pancarta con aquel recordado lema: "Gales, golf, Madrid. Por ese orden". A Bale se le ha visto siguiendo con más ganas los torneos de Sotogrande que los partidos de sus compañeros en el Bernabéu, donde pocas veces aguantaba hasta el final.
La marcha de Cristiano Ronaldo del Real Madrid pudo suponer un punto de inflexión para cambiar la cara de su carrera como madridista, pero en lugar de dar un paso adelante dio dos hacia atrás. Zidane ya acabó dejándole habitualmente en el banquillo durante su primera etapa y al regreso del francés fue peor.
Ahí ya Bale había desconectado y su último año ha sido una retahíla de situaciones rocambolescas que ya rozarían lo divertido de no ser por su sueldo, uno de los mayores del mundo del fútbol.
Su marcha al Tottenham de José Mourinho, equipo del que salió hace siete años, pone punto y final a la carrera de merengue del 17º máximo goleador de la historia del club. Ronaldo, Luis Molowny o Fernando Morientes, por ejemplo, han anotado menos.
No considero algo bueno el actuar en caliente, así que esperaré para analizar a este futbolista al que consideraba una estrella cuando llegó, pero que se marcha como una de las mascotas de Twitter Madrid.
