La autopista Sevilla-Cádiz se asfalta para la permanencia en el Sánchez-Pizjuán
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El Sevilla FC ha puesto en bandeja a su rival el triunfo en una pantomima
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Se entiende ahora que Quique Sánchez-Flores se preguntara si a él y a los suyos se les juzgaría por estos tres últimos partidos
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El tremendo enfado de Quique Sánchez Flores: "Si perdemos nuestros valores, no le competimos a nadie"
La autopista Sevilla-Cádiz ya no es lo que era. Desde que quitaron en 2019 el peaje está petada de coches y dejada de la mano de Dios. Metafórica y futbolísticamente hablando, este miércoles en el Ramón Sánchez-Pizjuán se ha asfaltado para la permanencia del Cádiz CF, que se ha impuesto en el largo descuento al Sevilla FC en una auténtica pantomima de partido. El cuadro sevillista, en chanclas y a lo poco, ha puesto en bandeja a su rival un triunfo que le da la vida en los estertores de una temporada horrible, una inyección de esperanza para alimentar un sí se puede que hace dos horas no se creía ni el más cadista de la Viña o el Mentidero.
Se entiende ahora mejor la rueda de prensa previa de Quique Sánchez-Flores, preguntándose si a él y a los suyos se les juzgaría por estos tres últimos partidos. Si es por el de esta noche, deberían estar camino del juzgado de la justicia deportiva. Y allí deberían encontrarse con el árbitro del encuentro y el del VAR. Ortiz Arias y especialmente Del Cerro Grande, con una deslumbrante estadística de agravios con el Cádiz, no le fueron a la zaga, especialmente deshaciendo un gol legal de Badé en propia puerta en el que fue golpeado (y no muy fuerte) bastante después de tocar el balón a su red y por el que el dolor de la patada le vino como unos veinte segundos después.
La denominada biscottela
Carezco de pruebas, pero tampoco de dudas, de que lo protagonizado por el Sevilla FC ante el Cádiz CF fue un espanto indisimulado. Como se trata de algo indemostrable, no lo vayamos a llamar biscotto (galleta), palabra italiana para referirse a los supuestos amaños en fútbol. Utilicemos mejor biscottela, trasunto de galleta muy típica precisamente en pueblos sevillanos situados geográficamente caminito de Cádiz.
Seguramente no se apañó nada entre ambos equipos (o sí, lo desconozco), aunque tampoco hacía falta a la vista de la actitud mostrada en el césped por el cuadro sevillista. Vale que ya no se jugaba nada tras asegurar la permanencia matemática. Ahora, de ahí a deambular por el campo sin tener la más mínima intención de ver la portería rival, a casi incomodarse con las pocas oportunidades propias, a no pelear de verdad los duelos...hay un trecho: el de la dignidad.
La afición de Nervión no lo merecía
La afición nervionense, que ha sufrido otra temporada de infartito pero sin la guinda inesperada de la Europa League que sí se encontró la pasada con Mendilibar, no merecía el paripé que le tocó presenciar. Ni probablemente lo merece la propia competición. Manuel Vizcaíno, presidente del Cádiz CF, no se podrá quejar, porque su equipo, el que no ganaba fuera del Mirandilla casi desde que jugaba Pepe Mejías, pareció ayer una mezcla entre el City de Guardiola y el Madrid de Gento.
El Sevilla FC le dio más oportunidades de las que le dieron al Platanito. No las aprovechó el Cádiz en noventa y tantos minutos, porque ve menos puerta que un ciego en un descampado y porque, a ratos, parecía que Nyland no se enteraba del cuento. Por si faltaba un empujón, Quique Sánchez-Flores sacó a Mariano. Dos años después de marcar su último gol, celebró la efeméride mandando un par de balones al tercer anfiteatro.
Cuando ya parecía que el Cádiz para marcar la iba a tener que coger con las manos, el Sevilla le hizo un pasillo rojo y bien barrido al aún bético Juanmi para que le diera el balón tranquilamente a Guardiola y que éste la metiera de empeinito. En el minuto 98. Y luego se dirá que en Sevilla no se quiere a Cádiz. Hombre, que esto es Carnval, joé.
La despedida de Don Jesus Navas, la sonrisita de Sergio Ramos, las palabras de Quique Flores, la actitud sospechosa del resto de jugadores, excepto Nyland, ... Está muy claro que desde la dirigencia se ha obligado al equipo a dejarse perder para favorecer al presidente sevillista del cadiz y su equipo.
Si yo, sevillista, pudiera denunciar al Sevilla FC, a sus dirigentes y a sus jugadores, por amaño de partido e incidir de forma directa en la clasificación, lo haría. No olvidemos que el presidente del Cádiz, era y es sevillista, otrora era un hombre del club sevillista. El Sevilla ayer, jugaba con el freno puesto, sin intensidad, dejando a los jugadores del Cádiz entrar hasta la cocina. Sinvergüenzas, hay que ver hasta dónde habéis llegado.