Ferrer Molina:"El legado de García está aún presente en el periodismo actual"

El legado de José María García continúa presente en el periodismo deportivo actual, catorce años después de su último programa radiofónico en abril de 2002, según señaló el periodista Vicente Ferrer Molina, que ha escrito la biografía del informador radiofónico.Por lo que respecta a su legado, Ferrer Molina opina que provocó un cambio sociológico con el "invento" de la programación deportiva nocturna, dio protagonismo radiofónico al deporte, que hasta su llegada en los años setenta era un complemento, y dejó de lado la amabilidad para dar paso a la investigación y la denuncia.
Así lo indicó en declaraciones a EFE en coincidencia con la presentación hoy en Valencia de su libro "Buenas noches y saludos cordiales. José María García: Historia de un periodista irrepetible".
Este es el primer libro del autor, nacido en Valencia hace 52 años y valencianista convencido, que ha trabajado en Mediterráneo de Castellón, Las Provincias y El Mundo y que trabaja actualmente en elespañol.com.
La idea de este libro surgió al recopilar un gran material para hacer en 2012 un reportaje sobre los diez años que García llevaba alejado del micrófono.
"La rentabilización de los minutos de la basura nocturnos y el protagonismo del deporte en la radio se mantienen como parte de su legado. Quizá se ha perdido el periodismo de denuncia, ya que el actual es más esclavo de los clubes y de los acontecimientos deportivos", señaló el autor.
En su trabajo de investigación sobre García, en el que ha contactado con muchos de los que tuvieron relación con él, incluye los que considera defectos del periodista.
"Quizá en ese aspecto habría que hablar de que siempre se creyó en posesión de la verdad, cometió algunas injusticias con gente de la que informaba y machacó a muchos en exceso, pero fue consecuente hasta el final", explicó.
También reconoció que le faltó sentido del humor, porque su periodismo era "agrio" y recordó que el éxito, por muy grande que sea, siempre tiene "fecha de caducidad".
"Con José Ramón de la Morena llegó una radio más 'gamberra' que, además, contaba con el apoyo de un gran grupo mediático. Cuando García se incorporó en los setenta se hizo con la audiencia porque su radio era más próxima que la que se hacía entonces y su final también tuvo la misma causa", señaló.
"García nunca habría hecho programas abiertos al público o aceptado recibir llamadas de los oyentes", señala Ferrer Molina, quien considera que hoy todavía tendría un hueco en el periodismo deportivo, aunque ya no sería "el fenómeno que fue", entre otros motivos porque los menores de 25 años no saben quien es.
Considera que el adjetivo que mejor lo define es el de "irrepetible", tal y como se indica en la portada del libro, y que es un gran comunicador. "Allí donde habla, diga lo que diga, la gente le escucha y le aplaude", indicó.
Respecto a la relación de García con la profesión periodística, opina que por una parte la dignificó con su periodismo de denuncia y que consiguió que los redactores de deportes dejaran de ser "el último mono" en los medios de comunicación, pero también que a veces no actuó de forma correcta .
"En ocasiones insultaba a los compañeros, les decía a los de otros medios públicamente cómo debían trabajar, fue excesivo y 'faltón' en sus críticas, rompía los 'off the record', pagaba por obtener información y no tenía reglas. De su mano, muchos aprendieron lo que se debía hacer, pero también lo que no", indicó.
Para Ferrer Molina, una de sus grandes aportaciones al periodismo de su época estuvo en el desarrollo de un lenguaje reconocible por todos.
"Sin tener un nivel cultural especial consiguió comunicar de una forma muy directa porque tenía algo innato que le hacía perfectamente identificable", concluyó.