La plata de Ureña confirma la progresión española
Por favor, indica por qué quieres reportar este vídeo:
El oro de Adel Mechaal en 3.000, la plata de Jorge Ureña en el heptatlón y el bronce de Álvaro de Arriba en 800 remataron unos Europeos en pista cubierta de altos vuelos para un renovado equipo español que, con cuatro preseas, duplicó la cosecha de metales de la edición anterior.
Frente a las dos medallas (ambas de plata) y los nueve finalistas de Praga 2015, España regresa de Belgrado sexta en el medallero con cuatro preseas y quinta en la clasificación por puntos con 14 finalistas, el mejor resultado desde Turín 2009.
Mechaal, que competía en Belgrado gracias a la cautelar que le concedió el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), se reivindicó en la pista "como un atleta limpio" y zanjó la antigua polémica sobre un supuesto apoyo al independentismo catalán al declararse "orgulloso de vestir la camiseta de España".
Un año después de proclamarse subcampeón de Europa de 5.000 al aire libre, Mechaal relegó al olvido sus problemas con las autoridades antidopaje al cuajar una carrera magistral que le dio la medalla de oro y situó octavo al aragonés Carlos Mayo.
Mechaal venció con un tiempo de 8:00.60, seguido del noruego Henrik Ingebrigtsen (8:00.93) y del alemán Richard Ringer (8:01.01), en tanto que Mayo acreditó 8:06.15.
Le interesaba una carrera rápida y limpia porque se encontraba fuerte, pero el primer mil discurrió a ritmo lento (2:50.68), el paso de la carrera femenina, unos minutos antes.
Tiraba el italiano de origen magrebí Marouan Razine, hasta que los turcos Kaya (Ali y Aras) tomaron la cabeza en el segundo km. Mechaal, que se vio a cola del grupo, tuvo que abrirse para llegar al segundo puesto. El segundo mil lo cubrió el alemán Ringer en cabeza en 5:34.25.
Mechaal tomó la cuerda al toque de campana y tiró a muerte. Por un momento parecía que Ingebrigsten, un "killer" en campeonatos de Europa, iba a dar cuenta del español, pero éste guardaba todavía un cambio más en las piernas, redobló su ataque y voló hasta la meta.
Ureña ganó la plata en el heptatlón con 6.227 puntos, segunda mejor marca española de la historia, en una prueba que terminó con un nuevo récord de Europa, a cargo del francés Kevin Mayer (6.479), subcampeón olímpico de decatlón en Río 2016.
El alicantino llegó a la última prueba, la carrera de 1.000 metros, con la plata prácticamente segura y la posibilidad de mejorar su plusmarca nacional, si corría el kilómetro en 2:41.61 o menos, pero no lo hizo: necesitó 2:43.66 y se esfumó la plusmarca.
Dos años después de colgarse la medalla de plata en los Europeos sub-23 al aire libre, el atleta de Onil ha repetido en categoría sénior ese resultado con 23 años en los continentales bajo techo.
Esta nueva medalla permite a Ureña, que entrena con su padre, José Antonio, relegar al olvido su eliminación, el año pasado, en los Europeos al aire libre de Amsterdam tras cometer tres nulos en lanzamiento de disco cuando estaba segundo en la general.
El salmantino Álvaro de Arriba dio al equipo español la tercera medalla, un bronce en 800 con una marca de 1:49.68, seguido de Daniel Andújar, mientras que el plusmarquista español, Kevin López, llegó sexto con un pinchazo en el isquio derecho.
Por primera vez había tres españoles en una final europea de 800 metros y los tres partían con esperanzas de podio aunque señalaban como favorito sin discusión al polaco Adam Kszczot, que buscaba su tercera corona consecutiva y la encontró con 1:48.87.
Kevin y Álvaro recorrieron en cabeza la primera mitad de la carrera, pasando el 200 en 27.02 y el 400 en 56.45, pero ahí se complicó la prueba, cuando todos empezaron a mostrar sus cartas.
López sintió un pinchazo en el isquio y se fue atrás. Antes del toque de campana ya estaba descartado, y en el último giro De Arriba sufrió un trompicón que a punto estuvo de mandarlo a la lona, pero no perdió el equilibrio y tuvo fuerzas para llegar tercero, perseguido por un Dani Andújar que acabó muy fuerte.
Esther Guerrero lo dio todo en semifinales de 800 y lo acusó en la final, en la que, después de mostrar su acostumbrado arrojo, pinchó en la última vuelta y acabó sexta con 2:03.09 después de seguir el ritmo de la campeona, la suiza Selina Buchel, durante tres cuartos de la carrera.
La atleta de Bañolas, en su primer final internacional, jamás había disputado tres carreras seguidas y en semifinales confesó que no se había guardado nada para la final.
La final femenina de 3.000 confirmó los grandes progresos de la debutante y bióloga alcarreña Ana Lozano, sexta con nuevo récord personal (8:55.20), mientras la madrileña Nuria Fernández, la abuela del torneo con 40 años, terminó décima con 9:05.17 en la carrera que entregó el doblete del medio fondo a la británica Laura Muir.
Nuria, la abuela de los campeonatos -sólo le supera, por dos días, el triplista italiano Fabrizio Donato-, había batido en semifinales el récord del mundo de veteranos mayores de 40 con un tiempo de 8:58.20.
El otro finalista español del domingo, el castellonense Pablo Torrijos, no pasó el corte. Dos años después de ser subcampeón de Europa en Praga con su actual récord de España (17,04), su mejor marca de hoy, 16,73 metros, le situó noveno, por lo que no accedió a los tres últimos saltos.
La barcelonesa Cristina Lara, otra debutante, quedó eliminada en semifinales de 60 lisos con un tiempo de 7.40 y un estimable cuarto puesto en la tercera y última serie. A la final sólo pasaban las dos primeras de cada carrera y dos más por tiempos.