Kampala, cross de aventura: del golpe de Gebre a las lágrimas de un país
El Mundial de campo a través que se disputó el domingo en Kampala pasó a la historia por la monumental "pájara" del atleta local Joshua Cheptegei, origen de un llanto nacional por la frustración del oro perdido, pero la cita fue un viaje de aventura, anécdotas y algún susto que otro que tuvieron como protagonistas a los atletas españoles.Carlos de Torres
A pesar de la deficiente organización, que entre otras cosas impidió conocer la clasificación de muchos corredores, la experiencia fue "notable y enriquecedora", según comenta a EFE el responsable nacional de fondo, Luis Miguel Martín Berlanas.
"La organización ha dejado mucho que desear en algunos aspectos. No es normal no tener los resultados y que Fernando Carro y Adel Mechaal figurasen como retirados, cuando en realidad entraron en meta. Estamos sorprendidos de que pasen estas cosas en un Mundial", señala Berlanas.
Problemas como el citado no le impidieron vivir "una experiencia impresionante, un espectáculo puro y duro, con un ambientazo", dice, "que nunca había visto".
"Cuando aún quedaban cinco horas para la primera prueba", relata Berlanas, "fui al circuito y aquello parecía por la expectación un Madrid-Barça. Para los ugandeses asistir al Mundial era una cuestión de orgullo nacional.
Berlanas se refirió a un circuito muy bonito, que no estaba muy pesado, a pesar de que se encharcó por las lluvias del día anterior. El exobstaculista no pudo entrar al recinto a entrenarse, pero pudo ver una zanja llena de agua que cubría casi un metro.
La mayoría de los atletas optaron por competir con zapatillas de clavos largos, "menos el campeón olímpico de maratón, el keniano Eilud Kipchoge", quien eligió las zapatillas lisas propias del asfalto.
La altitud de Kampala, 2.200 metros, y el calor fueron los peores enemigos para los atletas, sobre todo para los juveniles, que salieron con la temperatura más alta de la jornada. "Varias chicas tuvieron que pasar por la carpa de los médicos e incluso alguna no recordaba si había llegado a meta".
Berlanas observó que en Kampala quedó al aire la evidencia de que el cross es una especialidad "poco cuidada por el mundo occidental".
"O lo apoyamos o no sé qué puede pasar. Las carreras fueron alucinantes, pero hay muchos atletas buenos que no se presentan, algo que tiene su lógica porque el nivel es demasiado elevado".
Según comenta Berlanas a EFE, "entre las potencias como Kenia y Etiopía, Eritrea, y los nacionalizados de estos países que llevan la camiseta de otro país, el Mundial para muchos no es rentable".
El dominio africano y otros factores no impiden, explica Berlanas, que la Federación española aplique su filosofía de ir siempre a los Mundiales de cross con los equipos completos, como este año. "Tenemos ilusión y responsabilidad por representar a nuestro país en los grandes campeonatos", indica.
"No obligamos a nadie, ya que cada uno se planifica en función de sus objetivos. Además, ir a un Mundial puede tener algunos riesgos y condicionar el programa de un atleta. Eso hay que entenderlo también".
Un ejemplo de estos riesgo se refiere a la administración de vacunas para asistir a determinados países. El campeón de Europa de 3.000 en pista cubierta, Adel Mechaal, estuvo tres días sin entrenarse por la reacción que le produjo la vacuna de la fiebre amarilla, con fiebre y malestar.
"Estas cosas condicionan mucho a la hora de querer asistir a una cita como esta de Kampala. El año pasado algunos ya me dijeron que no querían ser convocados por el escenario del Mundial, y además por las pocas expectativas deportivas dado el nivel de la competición, las horas de viaje. Son factores que pueden influir en sus objetivos de la temporada".
No obstante, para un enamorado del atletismo y del fondo, como es "Luismi" Berlanas, la experiencia en Kampala no tiene precio y se considera un privilegiado por haberla podido vivir.
"En 1981 vi el Mundial de cross en La Zarzuela con 9 años y desde entonces me alucina esta especialidad. Hay gente que no se da cuenta del privilegio que supone ir a Kampala y ver, por ejemplo, la escena de la pájara de Cheptegei. Estaba cerca de ganar y el público se volvía loco. Después todos lloraban a moco tendido. Para los ugandeses fue un drama nacional".
Otra de las anécdotas que siempre recordará Berlanas fue el susto que dio la campeona nacional Thrias Gebre cuando se tropezó y fue a dar con su cabeza en un tronco.
"Salió trompicada en un primer tronco y luego se golpeó en la cabeza contra la madera. Quedó unos instantes inmóvil, mientras Manolo Pancorbo le gritaba. Finalmente se levantó, quedó en el puesto 20 y dio una lección de coraje y valor. Su madre falleció hace una semana. Fue clave para que las chicas fueron séptimas por equipos, el mejor resultado de siempre".
Recuerdos como el de Gebre quedarán para siempre en la memoria de Luis Miguel Martín Berlanas, a pesar de los obstáculos. Él mismo fue bronce europeo en Munich 2002 y dos veces quinto en los Juegos de Sidney 2000 y Atenas 2004. Los obstáculos están para superarlos.