David Serrano: "Barcelona 1992 me hizo sentirme pleno como deportista"
David Serrano ejerce en la actualidad como director deportivo de la Federación Española de Bádminton, deporte que ha condicionado su vida y que todavía ocupa su tiempo, veinticinco años después de haber sido el primer representante español de esta modalidad en unos Juegos Olímpicos, en Barcelona 1992.Santiago Aparicio
Por primera vez el bádminton fue incluido de pleno en el programa de los Juegos. Sin la naturaleza de exhibición, condicionante que le había permitido formar parte de un evento olímpico en otras ocasiones.
Serrano, granadino, próximo a cumplir los 49 años, nunca tuvo antes una sensación de profesionalismo similar. "De los Juegos tengo, sobre todo, el recuerdo de haber tenido la sensación de ser un deportista de alto nivel. Me sentí pleno como deportista. De formar parte de la elite mundial. Había sido campeón de España pero allí estaba con los mejores, codeándome con ellos", apunta David Serrano en una entrevista concedida a la Agencia EFE.
"Fue una sentimiento de profesionalismo a pesar de que aunque nunca lo llegué a ser porque la situación económica no lo permitía. Pero aquellos Juegos sí que tuve esa sensación. Había conseguido estar en el mayor evento deportivo que existe", reconoce.
"Con el añadido de que era un evento especial. En nuestro país, en un acontecimiento que supuso un antes y un después del movimiento olímpico. Lo viví no solo como olímpico sino como olímpico en España que fue un plus más de motivación", añade David Serrano, que entró en acción en la pista 1 del pabellón de la Mar Bella un 28 de julio de 1992 para enfrentarse al japonés Motoyama Hideaki. El español contaba con 23 años y una gran experiencia.
La condición de campeón de España propició la oportunidad de participar en este acontecimiento. "Me tocó a mí. La federación estableció que a los Juegos fueran los campeones de España. Y así fue", indica el granadino, que no duda en calificar la experiencia en los Juegos como la cúspide de su carrera deportiva.
"Había pocas ayudas. Solo a nivel de club. Si es verdad que en Granada era un club potente y había buenos medios. Allí tuvimos buenos medios en Granada. La federación, sin embargo, era incipiente, poco profesional y con pocos recursos. No hubo recursos suficientes para obtener un rendimiento mayor. Y los de mi generación estábamos limitados en eso", recuerda David Serrano, veinticinco años después de la celebración de Barcelona 1992.
Hace tiempo ya que Serrano, siete veces campeón de España, ha colgado la raqueta. Ahora asiste casi cada fin de semana a numerosas competiciones que alimentan de experiencia a los aspirantes a campeones.
El mejor jugador español de entonces reconoce que tuvo una irrupción tardía en esta especialidad. "Empecé tarde, con 16 años. pero siempre había hecho deportes de raqueta, había jugado a tenis, tenis de mesa, se me daba bien la raqueta... y la profesora del instituto me puso una raqueta de bádminton en la mano y poco a poco empecé a formar la carrera. Empecé a jugar allí en el instituto y luego me apunté a un club que había allí, en Granada".
"Era un bádminton incipiente con un solo núcleo de jugadores. Era aficionado, nada profesional. No pasé por las categorías inferiores. Hablamos de los mediados de los 80. Empecé a encadenar buenos resultados y éramos seis o siete jugadores los que destacábamos y yo encadené siete títulos de españa consecutivos y se presentaba la oportunidad de ir a los Juegos Olímpicos y España, por ser anfitriona y tal tenía posibilidad de tener representación", recuerda Serrano.
"Las salidas internacionales que hacíamos eran los campeonatos europeos y mundiales y poca cosa más. Tres o cuatro apariciones internacionales. Poco más. Ahora, para que se vea la diferencia, los mejores jugadores nuestros compiten tanto como se necesita. No hay límite. Si eres bueno en bádminton la Federación pone los medios necesarios para que compitas. Pueden llegar a jugar dieciséis o diecisiete torneos al año y no hay ningún problema", compara el ahora director deportivo de la Federación Española.
"Esas carencias condicionaron y marcaron a nuestra generación. Había gente con talento pero los recursos económicos y la asistencia federativa apenas existía entonces. El bádminton estaba arrancando y era la situación de aquella época", lamenta a EFE David Serrano.
"Estábamos movidos por la ilusión y por el amor al deporte más que el ámbito profesional o un medio de vida. No podías mantener tu carrera muchos años. Había que dejar de jugar a los 26 o 27 años porque tenías que vivir y buscarte la vida trabajando. Yo tuve la suerte de caer en el mundo del bádminton. He permanecido y he vivido la progresión de este deporte", apunta el granadino, que presume de haber propiciado otra presencia olímpica, en Atenas 2004, del badminton español.
"Trabajé en el Centro de Alto Rendimiento de la residencia Blume Y conseguimos la clasificación para Atenas 2004 con Sergio Llopis y Alejandro Crespo, jugadores que fueron míos en el proceso de clasificación en dobles", subraya.
"He visto la primera fase del nacimiento de este deporte como jugador y también la segunda, el arrancar de una federación como se estructuraba y la faceta de entrenador y después también la explosión rápida, más de lo que pensábamos, con jugadores de calidad y el día menos pensado nos encontramos con Carolina Marín. Lo que pensábamos que iba a largo plazo se nos ha anticipado. De un deporte poco conocido a un deporte que está de moda y de actualidad", apunta David Serrano.
El que fuera primer olímpico en bádminton destaca que en veinticinco años este deporte ha dado un giro radical. "Desde el 92 al 2017, esos veinticinco años un deporte como el bádminton ha cambiado radicalmente. De no tener estructura ni resultados a tener una estructura razonable, elogiada por el propio Consejo Superior de Deportes y a generar resultados de primer nivel".
El deportista andaluz subraya el rubor con el que en su tiempo afrontaban la presencia en un evento internacional. "Cuando íbamos a los torneos internacionales y jugábamos contra los grandes jugadores internacionales te daba vergüenza. Ahora es casi al revés. Muchos países miran hacia nosotros. Incluso en Asia, donde es el deporte rey. No tenemos nada que envidiar. Entonces no sabíamos dónde nos metíamos. Unos inconscientes. Y ahora, con paciencia, lo estamos viendo".
Y reconoce que la explosión de Carolina Marín rebasó todas las expectativas. "Con Carolina he llorado unas cuantas veces. Nosotros veíamos la progresión que tenía pero nos sorprendió. El Europeo que ganó, las posibilidades pero su crecimiento fue increíble. El oro olímpico fue el remate. Todo muy concentrado en año y medio. Muy rápido".
"Esto ha supuesto un cambio radical hacia un mundo muy profesional. Un mayor movimiento de patrocinadores, de dinero y eso también ha generado problemas derivados de la gestión del éxito que supone resultados de estas características. Hay que sacar el rendimiento adecuado para aprovechar que el bádminton crezca un poco más", advierte David Serrano a EFE.