España vuelve a marchar
El pacense Álvaro Martín y la granadina María Pérez escenificaron este sábado en la Breitscheidplatz de Berlín la consagración de una nueva generación de marchadores españoles, heredera de la saga ilustre que hace 40 años inició Jordi Llopart con su medalla de oro en los Europeos de Praga.
Martín, nacido en Llerena hace 24 años, llevaba un par de temporadas con ganas de dar el salto. En 2013 había ganado bronce en el Europeo sub-20 y en 2015 la plata en el sub-23. Le faltaba un éxito internacional para consagrarse, y ya lo tiene tras su exhibición en solitario de Berlín.
El año pasado llegó a los Mundiales de Londres con el objetivo de luchar por el podio y no acabó de rematar. Terminó en un octavo lugar tan digno como insuficiente para ser admitido entre la crema de la crema de la marcha mundial.
Su experiencia en Juegos Olímpicos se reduce a un abandono en su debut, en Londres 2012, y el puesto 22 en Río 2016, mientras que en su única participación anterior en Europeos fue sexto en Zúrich 2014.
El marchador extremeño comparte entrenamientos, bajo la dirección de José Antonio Carrillo, con su predecesor como campeón de Europa, Miguel Ángel López, de quien admira su grado de profesionalidad en el trabajo y a quien considera "técnicamente el mejor del mundo".
En Berlín el marchador de Llerena ha confirmado las expectativas que generó desde júnior, cuando batió el récord de España y acudió a los Mundiales de Moscú con 19 años y terminó vigésimo cuarto.
También se ha consagrado con los mayores el pequeño madrileño Diego García Carrera, de 22 años, campeón de Europa sub-23 el año pasado, que dedicó hoy su medalla de plata a Jorge Arias, su profesor de Educación Física de primaria, fallecido hace unos meses, el hombre que le enseñó a amar el deporte. "Por él, mañana vamos a por todas", anticipó el viernes.
María Pérez atesora una gran marchadora en un cuerpo de 156 centímetros, dotada de una garra competitiva indomable que le permite afrontar sin complejos las competiciones.
También había triunfado en categorías mejores en el ámbito europeo. Es la actual subcampeona continental sub-23 y subcampeona iberoamericana en 2016, pero también buscaba ya la consagración, a sus 22 años.
En 2017 ya fue la mejor española sénior en los Mundiales de Londres -décima- y este año fue octava en el Mundial por equipos (antigua Copa del Mundo) de Taicang, resultados que anunciaban el salto definitivo de la discípula de Daniel Jacinto Garzón.
En su todavía corta trayectoria ya ha demostrado su carácter irreductible, su valentía y su descaro en competición. Ese sábado llegó, por un momento, a quedar descolgada de las dos atletas que la precedían, pero se recuperó y fue en su busca para derrotarlas.
María ha adornado su irrupción en la élite con una gran marca, de 1h26:36 que constituye no sólo un nuevo récord de España, sino el mejor registro en la historia de los campeonatos de Europa.
Tiene, no obstante, una asignatura pendiente: la técnica. En Berlín ha vencido con dos tarjetas de amonestación. Una más y habría sido expulsada de la prueba. Y en los recientes campeonatos de España de Getafe fue descalificada por marcha irregular.
Álvaro, María y Diego inscriben ya su nombre en la lista de grandes marchadores españoles, junto a los de Llopart, José Marín, Jesús Ángel García Bragado, Miguel Ángel López, Paquillo Fernández, Mari Cruz Díaz, Dani Plaza o Valentí Massana.
A ellos les corresponde ahora tirar del carro a fin de mantener arriba la tradición. "Siempre nos quedara la marcha", como reza el dicho repetido en el mundillo atlético.
