Eliud Kipchoge, el rey del maratón corre directo a la leyenda
Abebe Bikila, Haile Gebrselassie, Emil Zatopek o Paul Tergat son atletas que han escrito con letras de oro la historia del maratón mundial. A ese selecto grupo se ha unido un keniano de 33 años, Eliud Kipchoge, que, con un récord estratosférico en Berlín de 2h01:39, agranda su palmarés para convertirse directamente en leyenda.
El atleta keniano rebajó en un minuto y dieciocho segundos el anterior récord, que consiguió su compatriota Dennis Kimetto en 2014 también en el maratón de Berlín. Lo hizo en una carrera precisa y perfecta en la que tuvo ayuda de tres 'liebres' que fueron cayendo exhaustas con el paso de los kilómetros, la última en el 25, por lo que durante más de un tercio de carrera corrió solo.
"Estaba perfectamente preparado y concienciado. Sólo quería correr mi carrera. Ahora estoy infinitamente agradecido y feliz", dijo Kipchoge al cruzar la meta de un maratón que se caracteriza por su perfil llano y favorable para conseguir buenas marcas.
Para el atleta keniano, la carrera de Berlín siempre tuvo un componente especial. El único de los once maratones que no había ganado en su trayectoria era el de la ciudad alemana, en 2013, precisamente contra su compatriota Kipsang.
Después de esa derrota, Kipchoge buscó dos veces el récord mundial en Berlín, pero en ambas ocasiones la suerte no estuvo de su lado, aunque ganó las dos. En 2015 un problema con sus plantillas al inicio le hizo ralentizar su carrera y en 2017 la lluvia fue un enemigo demasiado pesado.
El impresionante récord de Kipchoge no ha pasado inadvertido para la comunidad atlética. Uno de los grandes maratonianos españoles, Martín Fiz, campeón del mundo en 1995 en Gotemburgo (Suecia), dijo en sus redes sociales sentir "más que emoción lo siguiente".
"Aún impresionado por la gesta de Eliud Kipchoge ayer en Berlín. Es difícil abarcar lo que consiguió. Ni siquiera para mí que en alguna época podría haberle aguantado algo más de 10km a sus ritmos de maratón", apunta Pablo Villalobos, doble campeón de España de maratón en 2011 y 2017.
Su fijación con el récord mundial primero y después con la posibilidad de bajar de las dos horas le hicieron probar en mayo de 2017 un experimento que nunca fue homologado. Corrió un maratón en el circuito italiano de Monza en 2h25, pero no fue tenido en cuenta por la Federación Internacional de Atletismo debido a que por delante, abriéndole paso, fue un vehículo Tesla y liebres que se fueron relevando para aguantar los ritmos.
El idilio de Kipchoge con el maratón no viene de muy lejos. De hecho, sus primeros cuarenta y dos kilómetros en competición fueron en 2013 ganando en Hamburgo (Alemania). Antes sus mayores éxitos habían sido un bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 en 5.000 metros y dos platas en el Mundial de 2007 de Osaka y los Juegos de Pekín 2008, también en la misma distancia.
El récord mundial en Berlín es el punto álgido de la trayectoria deportiva de Kipchoge, un atleta que no renuncia a sus orígenes de niño sin recursos, sigue viviendo en Kenia y no hace ostentación alguna del dinero que gana con sus victorias en todas las pruebas internacionales.
Los valores los tiene muy marcados y éstos le hacen tener los pies en el suelo. Uno de sus refugios es la lectura y, como ha confesado en alguna ocasión, leer a Aristóteles y manuales de autoayuda le permite encontrar un punto de equilibrio.
Nadie sabe qué próximo reto se le puede pasar por la cabeza a este atleta de apenas 1,67 metros, pero lo que sí que está claro es su fijación con un tiempo, las dos horas, y con una pregunta: ¿Dónde están los límites del cuerpo humano?.