Messner y Wielicki llevaron a la cumbre los Premios Princesa de Asturias
Carlos de Torres
Redacción deportes, 21 dic .- El italiano Reinhold Messner, primer hombre en conquistar las 14 montañas del planeta de más de 8.000 metros, y el polaco Krzysztof Wielicki, "el rey de las escaladas invernales", pusieron el montañismo en lo más alto al recibir el Premio Princesa de Asturias del Deporte en 2018.
Messner, de 74 años, un romántico del alpinismo que empezó a trepar por las rocas con 5 años en Los Dolomitas, mostró en varias comparecencias su idea de la importancia de la narrativa en el hecho de subir a una montaña, y no tuvo reparos en admitir que es un hombre miedoso.
"Si no se conoce lo que ha ocurrido en los últimos 250 años, no se conoce el alpinismo. Lo que se vende ahora es el producto", dijo Messner en su día, coincidiendo con el 40 aniversario de su pionera ascensión al Everest sin oxígeno (20 agosto de 1980).
Messner subrayó que "no es lo mismo alpinismo que deporte o turismo", en referencia a muchas de las actuales expediciones a las cimas del Himalaya, que "van por pistas preparadas a las que se llega en helicóptero y con un montón de sherpas que te llevan las mochilas".
Según el alpinista nacido en Bresanona, en la zona sur del Tirol italiano, el alpinista tiene que tratar de lograr sus objetivos y luego volver sano y salvo. Esa es la esencia de una actividad que es la suma de peligro, dificultad y altura".
"Por ejemplo, el Everest sin oxígeno en invierno es imposible. Ese es el ejemplo de la dificultad que tiene. Y cuando se llega se merece el aplauso del mundo porque ahí no se puede preparar pista", insistió
Messner añadió que "el alpinismo de exploración se ha acabado" porque "no hay nada más que explorar". "El satélite lo ve todo. Existen muchos estudios por hacer, pero el alpinista va a cambiar lo imposible en posible", dijo.
El exparlamentario europeo dirige actualmente una red de museos en su Tirol natal, con la ayuda de su hija mayor, habilitados en fortalezas históricas y modernos edificios situados en zonas altas. Messner no elude el tema del miedo y no repara en admitir que es "miedoso", característica común, según comentó en las recientes jornadas de montaña de Guadarrama, a todos los alpinistas.
"Ningún alpinista puede decir que no ha sentido miedo alguna vez. Te puedes caer, sufrir avalanchas, accidentes. A pesar de todo, lo di todo por llegar solo a la cima del Everest y poder volver sano. Me arriesgué a morir, pero me zafé de la muerte. Me di cuenta de que la fase de escalar 'ochomiles' había llegado a su fin".
Messner ya no se centra en el alpinismo, se considera "un granjero de la montaña, donde vive feliz y se prepara "para afrontar una nueva crisis financiera" criando su ganado, cultivando sus verduras y haciendo su propio pan.
En la citada localidad madrileña se refirió a la leyenda del yeti, un enorme oso que vive por encima de los 6.000 metros en el norte del Himalaya, donde los locales aseguran que es el protagonista de un mito real.
El polaco Krzysztof Wielicki, de 68 años, primer hombre en escalar el Everest, Kangchenjunga y Lhotse en invierno, además de ser el quinto alpinista en el planeta en conquistar los 14 'ochomiles', explicó en Moralzazal las razones del despegue del alpinismo en su país, especializado en las conquistas en invierno.
"Los escaladores polacos no tuvieron ningún protagonismo en la primera fase de las expediciones al Himalaya. Entre 1950 y 1964 se conquistan los 14 "ochomiles" del planeta, pero los polacos no estuvieron presentes por la situación política y social del país. A mediados de los 60 ya era posible salir al extranjero y buscamos una forma de dejar huella en el Himalaya. La fórmula fue escalar en invierno.
Wielicki reconoció los méritos de su compatriota Denis Urubko, otro de los conquistadores de los 14 techos del mundo, se refirió a Voytek Kurtika como el hombre que desafiaba al miedo y afirmaba que el montañismo era el arte de sufrir y especialmente a Wanda Rutkiewicz, "quien se adelantó a muchos hombres" conquistando el Everest, tope del planeta, en 1978, la tercera de la historia y primera europea.
Sobre Jerzy Kukuczka, el primer hombre en firmar cuatro conquistas de 'ochomiles' en invierno, dijo que "era un hombre duro y terco, que buscaba siempre hacer algo nuevo, con el afán de pasar a la historia".
Wielicki se refirió a los momentos de tristeza cuando se pierde algún compañero en la montaña.
"Solo conozco una persona que dejara la escalada después de una experiencia dramática. Pero los alpinistas pasamos malos momentos y luego volvemos, tenemos una dependencia que no nos permite dejarlo. Un rasgo de los alpinistas es que siempre pensamos que vamos a salir airosos de cualquier situación, y no tenemos miedo, aunque en alta montaña haya factores que no dependen de nosotros. Cuando alguien desaparece te planteas cosas, pero luego vuelves".
Sobre las nuevas generaciones de alpinistas, Wielicki dijo que "las montañas con las mismas y no hay tanta diferencia a la hora de escalar, pero lo que cambia es la mentalidad".
"En la última expedición nosotros no usamos las redes sociales, pero los jóvenes se pasaban las horas tecleando los móviles y ordenadores. No entendíamos que estaba pasando, Es una diferencia que hay que asumir".