Silvia Navarro: "Llevo este deporte en las venas, aunque no seré entrenadora"
La guardameta del Rocasa Gran Canaria y de la selección española, Silvia Navarro, que el próximo martes cumplirá 39 años, ha asegurado a Efe que lleva el balonmano "metido en las venas" y que cuando se retire seguirá ligada a él, aunque no como entrenadora, ya que no se ve con madera.La portera valenciana, subcampeona de Europa con la selección nacional en 2014 y medallista de bronce en el Mundial de Brasil 2011 y en la Olimpiada de Londres 2012, está muy agradecida a su madre, Carmen Giménez, por el apoyo que le ha prestado.
"Mi madre hacía malabares, porque cuando yo salía de clases me tenía la comida preparada y me llevaba a 35 kilómetros de Valencia a entrenar y me traía de vuelta. En mi adolescencia quise dejar el balonmano pero ella insistió y aquí sigo", ha reconocido.
Silvia es una de las grandes referencias en la portería a nivel internacional, pese a que su estatura (169 centímetros) no es la idónea para ocupar ese puesto.
"Soy la portera más baja a nivel internacional, ya que el baremo es de 1,72 para arriba, pero intento suplir con reflejos y potencia de piernas esa falta de centímetros", ha indicado.
La guardameta del Rocasa cree que una de las claves para que se haya "agigantado" en la portería es que desde pequeña sus técnicos trabajaron muy bien con ella.
"Como se veía que no iba a crecer mucho, mis entrenadores fueron listos y me trabajaron muy bien desde chiquitita, con muchos ejercicios de piernas para que intentase llegar a algo", ha reconocido.
Navarro, que ha asegurado que siempre le gustó jugar de portera pese a estar expuesta a recibir balonazos a bocajarro, ha vivido durante su exitosa carrera una experiencia en el extranjero.
"Quise estar durante un año fuera de España para ver otro balonmano y me fui a disputar la Liga de Rumanía junto a mi compañera Sandy Barbosa, que fue mi mayor apoyo allí", ha manifestado.
Igualmente, Silvia lleva ya cinco temporadas en Gran Canaria, alejada de su familia.
"En cuanto a combinaciones de aviones, vivir en Canarias es como estar en el extranjero. A mi familiares los veo en muy contadas ocasiones, porque para ir a Valencia debo hacer escala en Madrid", ha revelado.
Pese a todo, se siente muy feliz de estar en la isla y en las filas del Rocasa.
"Gran Canaria me ha dado muchas cosas buenas y me encanta estar aquí con mi hijo (Unai, de 5 años) y mi actual pareja, que me ayuda mucho con el niño. Deportivamente, ganar títulos con el Rocasa es más complicado que hacerlo con otros equipos con mayor presupuesto, y por eso los conquistados en Gran Canaria me saben más", ha comentado.
Uno de esos títulos que aún se le resiste con el conjunto isleño es la Liga.
"Ojalá este año podamos ganarla. Queda bastante camino y no tenemos mucha ventaja, pero vamos bien enfocadas a la conquista de esa Liga que tanto se nos resiste", ha señalado.
De todos modos, Silvia está muy feliz con lo que ha logrado en el mundo del balonmano.
"Cuando empecé en este deporte en el colegio enfrente de mi casa, con 8 años, no me imaginaba llegar hasta donde lo he hecho. Estoy feliz con lo que me ha dado el balonmano, un deporte que tengo metido en las venas al 100%. Cuando me retire seguiré ligada a él aunque no como entrenadora, porque no me veo con madera", ha reiterado.