Hasta luego, Ona
Francisco Ávila,Barcelona, 21 sep (EFE).- Con 29 años y 23 medallas mundialistas, Ona Carbonell ha tomado la decisión. Va a apartarse momentáneamente de la que ha sido su vida en los últimos diecinueve años y cree que ha llegado el momento de darle un giro a todo, ser madre, y volver después a la piscina.,Así lo ha asegurado en un comunicado: "Quiero dedicar más tiempo a mi familia, que siempre está a mi lado, cuidarla como se merece y también ampliarla. Como mujer y deportista, conciliar mi vid
Francisco Ávila
Barcelona, 21 sep .- Con 29 años y 23 medallas mundialistas, Ona Carbonell ha tomado la decisión. Va a apartarse momentáneamente de la que ha sido su vida en los últimos diecinueve años y cree que ha llegado el momento de darle un giro a todo, ser madre, y volver después a la piscina.
Así lo ha asegurado en un comunicado: "Quiero dedicar más tiempo a mi familia, que siempre está a mi lado, cuidarla como se merece y también ampliarla. Como mujer y deportista, conciliar mi vida profesional con la personal implica asumir decisiones como esta y dejar el deporte a un lado temporalmente, sin que esto signifique que vaya a renunciar a mi carrera como nadadora".
Como dice, da un paso al lado y no estará en los Juegos de Tokio 2002, donde iba a competir en dúo y seguramente en equipos, aunque la clasificación está a expensas de lo que ocurra en el preolímpico.
En los últimos años, Ona Carbonell ha ido creciendo fuera de las piscinas. Ha ido preparándose para el día después como imagen de marcas, ha hecho sus pinitos en televisión (MasterChef) e incluso ha participado en un cameo en "Padre no hay más que uno", la última película de Santiago Segura.
La decisión de abandonar temporalmente la natación artística para ser madre no es algo fuera de lo común. En su día Gemma Mengual, el espejo en el que siempre se ha mirado Ona, ya tomó una decisión similar en 2010 para después regresar y en el panorama internacional, una de las mejores nadadoras de siempre, la rusa Natalia Ischenko, también tomó la misma decisión.
Todo parece perfectamente milimetrado en la cabeza de Ona. El año pasado (2018) espació su presencia en las competiciones y en este año preolímpico lo dio todo en las series Mundiales y llegó a buen nivel al Mundial de Gwangju (Corea del Sur).
Ahora se toma su tiempo con un objetivo personal irrenunciable: Formar una familia y poderla conciliar. Esa es su mirada a corto plazo, a medio seguro que está la posibilidad de volver al equipo nacional para participar en los Juegos de París 2024, la cita que tanto Mayu Fujiki, la seleccionadora, como el resto del joven equipo tienen marcado en rojo.
Como se encarga de anunciar Ona: "mientras esto dure no estaré lejos. Seguiré vinculada al equipo para más adelante poder volver a estar en el agua en futuros compromisos"; no es un adiós, es un hasta luego, un punto y aparte para volver con energías renovadas al mundo de la natación artística.