Derbi con revancha

Ni 20 segundos de partido habían pasado desde el pitido inicial cuando Jerome Pretorius posaba el balón en zona de marca. El VRAC salía a por todas y conseguía sus primeros cinco puntos fruto del hambre y las ganas de demostrar que lo de siete días atrás había sido un accidente. Con esta actitud, el Quesos saca petróleo sea cual sea el minuto del partido. Lo demostró en los innumerables títulos logrados en los últimos tiempos y en las épicas victorias europeas de este mismo curso.

 
Al ensayo se sumó la primera touch, lanzada por Steve Barnes (que completó un gran partido), ganada con solvencia, y que en Zorrilla fue un hándicap que lastró al equipo. A diferencia de otras ocasiones, al que le costó afinar su zurda fue a Gareth Griffiths, que erró por centímetros la transformación del primer ensayo y un castigo lejano pasado el minuto ocho que pudo otorgar una considerable ventaja al Entrepinares. La primera intentona seria del Silverstorm llegó con Alberto Díaz como protagonista, que provocó una jugada que terminó en un buen placaje de Pedro de la Lastra a Rafael Blanco.
El partido entró entonces en una fase similar a la de la final copera, con alternativas pero sin claras ofensivas por parte de ninguno de los equipos. Todo sujeto a un error para poder mover el marcador. Y el fallo lo cometió el VRAC en la divisoria, con una pérdida que le costó el primer ensayo chamizo, obra de Thomas Pearce, tras una recuperación y avance de Blanco. Katz confirmaba que no era el día de los pateadores al no pasar la transformación.
La segunda parte empezó con un Silverstorm voluntarioso y cercando su segundo ensayo. El VRAC salió vivo de una peligrosa jugada con una melé contundente que marcó el resto del partido. El equipo se oxigenó y se volcó a por la victoria, con múltiples oportunidades para conseguirla. La ocasión más clara la tuvo en una carrera por la izquierda en la que llegó a posar el oval, pero la colegiada anuló el ensayo al considerar que había pisado fuera de los límites del terreno de juego. Pese a ello, el Quesos no se vino abajo y siguió volcado en la veintidós rival. Una larga jugada con Pedro de la Lastra como conductor, terminó con Pretorius a dos metros de la línea. A la primera se encontró con oposición, pero a la segunda filtró a Kalo Gavidi, que posó y dio ventaja de más siete gracias  a la transformación, esta vez sí, de Gareth Griffiths.
El VRAC se puso la armadura de defensa y consiguió achicar un peligroso intento de los blanquinegros que les hubiese permitido optar a poner las tablas a muy poco del final del partido. El Quesos salió vivo de la jugada por un avant de El Salvador y los últimos minutos fueron de claro dominio de los azules. Con el tiempo casi cumplido, una impresionante cabalgada de Álvaro Abril, que atravesó todo el campo chamizo sin descanso ante el fervor de los aficionados y tras 80 minutos sobre el césped, puso la guinda a la revancha del Entrepinares, que se deberá consumar en los play-offs.