Invictus, se repite la final del Mundial de rugby de 1995: Sudáfrica - Nueva Zelanda

Se hicieron buenos los pronósticos previos a la disputa de los partidos de semifinales de esta Copa del Mundo de Rugby Francia 2023, y la gran final la disputarán Sudáfrica, vigente campeona, contra Nueva Zelanda, tercera en 2019, en lo que será la reedición de la final de 1995 que popularizó Clint Eastwood con su película “Invictus”, basada en una novela de John Carlin, con Matt Damon en el papel del capitán de los Springboks Francois Pienaar y Morgan Freeman en el de Nelson Mandela.

Ambas selecciones cuentan con tres títulos cada una de ellas de manera que este próximo sábado 28 de octubre a eso de las 23 horas aproximadamente sabremos cuál de las dos ostentará más Copas del Mundo.

Desde que Inglaterra ganó la Copa del Mundo en 2003 (la del famoso drop de Wilkinson), los títulos se los han repartido los dos finalistas de esta edición. Así, la Copa viajó a Sudáfrica en 2007 y 2019 y a Nueva Zelanda en 2011 y 2015.

Los All Blacks no dieron opción a los Pumas...

Argentina 6 - Nueva Zelanda 44.

Salieron los Pumas muy motivados y con mucho ímpetu al encuentro y se plantaron en la 22 de los All Blacks, logrando así abrir el marcador por medio de Bofelli (3-0, min.5).

Fue un espejismo.

Cada vez que los All Blacks traspasaban la línea de 22 argentina, salían consiguiendo puntos, lo cual no sucedía en el caso de los albicelestes que teniendo mayor posesión y jugando más tiempo en campo contrario se veían incapaces de romper la sólida defensa de los de negro.

De esta manera, llegaron dos de los ensayos de los neozelandeses, para desesperación de la nutrida y entusiasta afición argentina. Will Jordan (min. 11), Jordie Barret (min. 16), convertido el primero por Mo´unga (3-12, min. 18).

Un nuevo golpe convertido por Bofelli en el minuto 31 daba esperanzas a los Pumas (6-12), quienes seguían presionando en campo contrario, pero de nuevo dos latigazos de los de negro (golpe de Mo´unga, min.32 y ensayo de Frizell en la prolongación del primer periodo, min. 42, tras espectacular jugada de Telea), puso el marcador al descanso en 6-20 para los All Blacks.

La diferencia no era definitiva pero la sensación de tener controlado el partido en todo momento por los de negro era palpable, lo que se acentuó cuando en la primera jugada del segundo periodo Aaron Smith rompió la línea defensiva albiceleste por medio de amagos y plantó el oval tras la línea de marca, 6-27 tras la conversión de Mo´unga en el minuto 43.

A partir de aquí fue un quiero y no puedo de los Pumas. Los All Blacks estaban cómodos, si es que se puede estar cómodo en un partido de rugby, y dominaban a placer los tiempos del partido.

Los esfuerzos de Kremer, Isa, Carreras, etc.. y luego de las leyendas Nico Sánchez, Creevy fueron en vano. Se dejaron el alma, pero no llegaron siquiera a tocar la puerta de la línea de marca neozelandesa, mientras los de negro seguían sumando ensayos: repitió Frizell en el 49 y Jordan en el 62 y 73, este último realmente espectacular, logrando un hat trick, dejando el resultado en el definitivo 6-44 tras una conversión de Mo´unga.

Tan claro era el control de los All Blacks que jugaron los últimos 15 minutos con un jugador menos, y aún así, consiguieron un ensayo y que los Pumas no lo hicieran. Scott Barret fue expulsado temporalmente en el minuto 65 y los técnicos Ian Foster, Jason Ryan y Joe Schmidt decidieron no retornarlo al campo los últimos 5 minutos para evitar cualquier riego de lesión o sanción y poder contar con él para la final, según explicaron en rueda de prensa tras el partido.

Del partido destacar, por un lado, el récord de caps de Sam Whitelock (152), quien disputará su tercera final (2011, 2015 y 2023), siendo el primer jugador que lo logra, y, por otro, el hat trick de Will Jordan con el que suma 8 en esta Copa del Mundo (y 31 en 30 partidos con los All Blacks), de manera que si en la final logra ensayar, será el primero en superar esa cifra de 8 ensayos en una Copa del Mundo.

Los Springboks sufrieron lo indecible ante el XV de la Rosa

Inglaterra 15 – Sudáfrica 16.

En tres ocasiones se habían enfrentado ambas selecciones en partidos de eliminación directa en un Copa del Mundo: cuartos de final 1999, final 2007 y final 2019. En todas ellas vencieron los Springboks y además no recibieron ningún ensayo.

Pues en este año 2023 la historia se repitió, pero estuvo cerca, muy cerca de no ser así ya que durante 78 minutos Inglaterra estuvo por delante en el marcador y con un pie en la final.

A priori la favorita era Sudáfrica, e incluso se podía esperar un partido dominado por los Bokkes, pero no fue así. Ni mucho menos. El XV de la Rosa vendió cara su derrota.

Steve Borthwick, seleccionador inglés, tenía un plan y sus jugadores lo siguieron a rajatabla. Patada arriba y a cargar al receptor. Meter a los Bokkes en su propio campo. Defender con orden y aguantar al poderoso pack de delanteros sudafricanos, para lo cual introdujo en el XV inicial a los veteranos pilieres Dan Cole y Joe Marler; y, salir con puntos cada vez que se rondase la línea 22 Bokke.

Y el plan casi sale perfecto.

El partido comenzó con dominio inglés y para el minuto 10 el marcador señalaba un 6-0 para el XV de la Rosa conseguidos por la conversión de Owen Farrell de sendos golpes de castigo.

Los sudafricanos no estaban cómodos frente a un rival que jugó a lo que juegan ellos, y eso les descolocó. Cierto es que el apertura Manie Libbok es algo más “jugón”, por lo que en un par de golpes que bien podrían haberse intentado convertir en puntos, decidió jugar a la touch, si bien al tercero ya fue a asegurar puntos (6-3, Libbok min. 21).

Este golpe fue respondido casi de inmediato por otro de Farrell (9-3, min. 24). Inglaterra mandaba en el partido y no solo en el marcador.

Tan claro lo vieron los técnicos sudafricanos (Rasie Erasmus sigue siendo “el jefe” aunque formalmente no lo sea) que en el minuto 31 decidieron cambiar a Libbok por el veterano Pollard, algo muy inusual salvo lesión. Ciertamente para jugar a patada a cargar, presionar y chutar a palos los golpes este último es el jugador idóneo, si bien es difícil de entender cómo Pollard estaba en su casa cuando comenzó la Copa del Mundo y ahora ha sido el jugador clave para las victorias sudafricanas en cuartos y semifinales.

Y nada más entrar al terreno de juego casi lo primero que hizo Pollard fue conseguir tres puntos para los suyos (9-6, min 35), siendo respondido por Farrell en el 39 (12-6), resultado este con el que se llegó al descanso.

Durante los 10 primeros minutos del segundo periodo en el bando de los Bokkes se llevaron a cabo diversas sustituciones que fueron a la postre claves. Además de los clásicos de Klerk (medio melé) y Le Roux (full back), entraron el pilier Ox Nche y el segunda línea Snyman.

La igualdad era la tónica dominante si bien tras los cambios se comenzó a notar una cierta superioridad en la melé por parte de los Springboks que fue lo que a la postre les dio la victoria. Tanto fue así que, por ejemplo, pidieron melé en un saque de mark dentro de su 22, melé en la cual los ingleses cometieron infracción al hincar la rodilla a tierra su pilier, sometido por el recién incorporado Ox Nche.

Ello no obstante fue Owen Farrell quien tirando de galones, veteranía y jerarquía se jugó un drop casi desde el centro del campo (unos 45 metros), escorado a la izquierda de su ataque, logrando tres puntos que parecía que podían ser definitivos (15-6 min. 53).

El tiempo se les agotaba a los Bokkes y necesitaban más de un ensayo para poder dar la vuelta al partido, de manera que un golpe a favor lo golpearon a touch y tras el saque de lateral, dentro de la 22 inglesa, el segunda línea Snyman logró posar el oval en la marca, estrechándose así el marcador tras la conversión de Pollard (15-13) a falta de 10 minutos.

El XV de la Rosa estaba perdiendo fuelle y falta de dos minutos en una melé en medio campo, de nuevo la primera línea Bokke sometió a la inglesa, apoyando rodilla en tierra Ellis Genge frente al empuje de Nche.

Golpe a favor que celebraron como si la conversión fuera fácil, pero ciertamente eran conscientes que Pollard es un fuera de serie en este tipo de suertes (al igual que lo es su rival inglés Farrell), pese a la distancia, unos 49 metros, lo que provoca la pérdida de precisión al tener que imprimir más fuerza para llegar superar la H de los palos.

En efecto, Pollard no falló, y puso a su equipo a un punto arriba por primera vez en todo el encuentro, a tan solo dos minutos del final.

No hubo tiempo para más. Balón adelantado inglés en medio campo con el tiempo cumplido, y final.

Los Springbooks se llevaron el partido frente a un XV de la Rosa que sorprendió para bien.

Unos datos que nos dan idea de cómo fue el partido y el juego desplegado por ambos equipos: 70 patadas con la pelota en juego; tan solo 32 minutos de juego real; y el segundo centro del back line sudafricano Jesse Kriel jugó los ochenta minutos y no tocó ninguna vez el oval.

El partido que no gusta jugar...

El viernes a las 21 horas se enfrentarán Argentina e Inglaterra en el partido por el tercer puesto.

Para Argentina es la oportunidad de redimirse tras su pobre actuación ante los ingleses en el primer partido del mundial en el que perdieron frente al XV de la Rosa que jugó 78 minutos en inferioridad por la expulsión de Curry, y además de poder lograr igualar su mejor resultado en una Copa del Mundo, el tercer puesto de 2007. Están muy motivados por todo ello y también por ser el rival quien es, el XV de la Rosa, al cual los Pumas tienen especiales ganas de vencer.

En cuanto a Inglaterra habrá que ver como se levanta del varapalo que le supuso su derrota en la semifinal frente a los Springboks en la que, tras ir por delante todo el partido, vio como se le escapaba la final a dos minutos de la conclusión del encuentro. Su seleccionador Borthwick tendrá que hacer de sicólogo para motivar a sus jugadores y hacerles ver que no es lo mismo quedar terceros que cuartos, y acabar la Copa del Mundo, en la que no se contaba con ellos para llegar donde han llegado, con una victoria y no con una derrota.

Mi apuesta personal es que si los Pumas saben gestionar su extra-motivación se llevarán el tercer puesto.

La gran final del Mundial de Rugby...

El sábado, también a las 21 horas, la gran final.

No hay favorito. Si nos guiamos por el juego desplegado en los partidos de cuartos y semifinales, los All Blacks han demostrado estar en un gran estado de forma. Una defensa férrea, disciplinada, que comete pocas infracciones y un ataque explosivo, demoledor, con un contrataque como ahora mismo no hay otro en el rugby mundial. Su línea de backs, Mo´unga, Joane, los hermanos Barret, Jordie y Beauden, Will Jordan y Telea, veloces de pies y manos, en cuanto rompen una línea defensiva salen al galope siendo muy, muy difícil defenderles.

Por su parte, Sudáfrica ha tenido una gran capacidad de resilencia. Ha sufrido y mucho para ganar sus partidos. Ambos por un solo punto (28 –29 frente a Francia y 15-16 ante Inglaterra). Estas victorias se cimentaron en su poderío físico, sobre todo en su pack de delanteros, tanto los titulares como los que salen del banco, y en el pie del apertura Handré Pollard, quien curiosamente no estaba en la convocatoria inicial para esta Copa del Mundo. Así, el veterano jugador, campeón del mundo en 2019, donde fue uno de los jugadores clave, fue repescado tras la lesión de Malcom Marx (un talonador) en el primer partido frente a Irlanda en el que los Bokkes fueron derrotados.

Quizás el pobre porcentaje de acierto en tiros a palos en ese partido fue lo que motivó su llamada a última hora, sabedores los técnicos sudafricanos de la precisión de su juego al pie, lo cual ha quedado sobradamente demostrado en los dos partidos de cuartos y semifinal en los que su acierto en tiros a palos ha sido lo que a la postre dio la victoria a Sudáfrica en ambos partidos.

Mi apuesta personal es que los All Blacks se llevarán esta vez la Copa. No se lo pierdan. Disfruten de lo poco que nos queda ya del mejor rugby. Para finalizar un recuerdo para nuestro compañero rugbier (Eibar, Ordizia, etc…) recién fallecido Urtzi Abanzabalegi. Goian Bego.