“Es comida para gatos”. Cristina Pedroche se la pega con David Muñoz en StreetXo Londres
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Cristina Pedroche y David Muñoz no solo son pareja sentimental. También lo son en lo profesional. La colaboradora de Zapeando es también socia del negocio culinario que el chef tiene en Londres: StreetXo.
Sin embargo, no parece que le esté saliendo demasiado a cuenta a Cristina ser socia de la empresa de su marido. Y es que las críticas que se lleva David, en cierto modo también van para Pedroche. Al fin y al cabo, ella es también una de las responsables del local. Y cabe decir en este sentido que los comentarios que se pueden leer hacia el restaurante en la red a menudo no son nada buenos.
Algunos de los últimos incluso hablan de alimentos en mal estado. A continuación algunos ejemplos de lo que se puede leer por internet.
Ponen a StreetXo a caer de un precipicio
“Fuimos a cenar en fin de año, somos 5 de familia, mi hijo pequeño se puso enfermo. La comida rica en general, pero me parece cutre 3 postres para compartir 5 personas con lo que te cobran por el menú”, escribe un usuario.
“Hicimos el menú degustación, de 70£, con lo que sabíamos que nos iban a dar un buen golpe de remo... Mi sorpresa fue que el menú que te ponen no vale ni por asomo éste precio. Yo no hubiera pagado más de 15€ por él. A parte de las ostras, todo lo demás era material barato... cerdo, patata, cordero, palomitas... Cómo para que encima la mezcla de sabores no ligara nada, que fue lo que pasó...”, comenta otro.
“Y no quiero pagar para que el “crestas” se sufrague el capricho de ir a correr la maratón de NYC a mi costa. Que no os engañe!!!”, sentencia otro comensal.
La prensa británica ataca duramente a StreetXo
Y cuidado, porque las críticas no se limitan las redes sociales. Hace unos meses la crítica gastronómica británica del London Evening Standard, Fay Maschler, puso fino al restaurante.
Así definió la periodista describió algunos los platos del menú: “Parecen animales muertos de Jackson Pollock dispuestos en una hoja de papel. Es un tipo de cosa de carne que parece comida para gatos”.
Además, Maschler definió los uniformes de los trabajadores como “camisas de fuerza” y criticó que la música “hacía imposible mantener una conversación”.
Quizás sea por todas estas críticas negativas que Cristina no deja de promocionar el restaurante en su cuenta de Instagram.