Wimbledon recibe a su héroe
Fueron miles de personas puestas en pie a la una de la tarde bajo un sol radiante. La central de Wimbledon aplaudió durante más de un minuto a Andy Murray antes de que el británico estrenase el césped de la pista más prestigiosa del planeta durante el primer día de torneo y ganase 6-2, 6-4 y 7-5 al belga Goffin un año después de levantar el título que le convirtió en el primer local campeón en 77 años.
El gentío reconoció otra vez la hazaña del tenista de Dunblane, que celebró 14 partidos consecutivos ganados sobre la hierba del tercer grande del año porque además de alzar la copa dorada en 2013 se colgó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2012, disputados también en el histórico club de Londres. El gesto dejó una estampa inolvidable.
“Fue un placer”, reconoció luego el número cinco sobre el prolongado abrazo del público. “Obviamente, como dije el otro día, yo estaba bastante nervioso. Cuando iba caminando hacia la pista tenía un montón de recuerdos de la temporada pasada. Tener ese recibimiento por parte de la gente ha sido muy agradable”, siguió Murray, que avanzó hasta su banquillo por un pasillo de palmas y vítores. “La pista estaba llena desde el principio. Ha sido genial. He disfrutado del camino hasta la silla. Luego, cuando me senté, ya era hora de seguir adelante con el trabajo”.
Los aplausos dejaron paso a un partido lleno de peligros, pese a que Goffin enseñó poquísimas señales que hicieran temer a Murray por el triunfo. Fue la cabeza del escocés, esa que ahora absorbe como una esponja todo lo que Mauresmo le enseña sobre la presión, la que le atenaza desde que ganó Wimbledon el año pasado, donde habita el problema. Fue el primer duelo de los siete duelos que debe superar para volver a reinar. Hoy, Andy ganó a Andy. El miércoles será una historia nueva.
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