Entre Serena y Court, solo Kerber
Manuel Sánchez Gómez
Londres, 13 jul .- Hay muchas diferencias entre la estadounidense Serena Williams y la australiana Margaret Court. Tenísticas, ideológicas y generacionales. Pero, ahora mismo, solo una persona, llegada de Bremen, Alemania, impide que las dos figuras se pongan a la misma altura.
Angelique Kerber es el último obstáculo para que la americana iguale los 24 Grand Slams de Court y termine con un largo sendero que comenzó en Nueva York en 1999 y que puede llegar a su meta con una Serena de 36 años, madre de una hija y posible campeona en Wimbledon, la hierba que la ha visto ganar en siete ocasiones.
Desde la primera vez que levantó un Grande en las pistas neoyorquinas de Flushing Meadows hace 19 años -contra la suiza Martina Hingis, hoy ya retirada-, Serena se ha embolsado cinco US Open más, siete Abiertos de Australia, tres Roland Garros y los ya mencionados siete entorchados en el All England Club.
Siempre en busca de un nuevo reto, Serena ha sido capaz de ganar en Melbourne en 2017 estando embarazada, parar durante más de un año, dar a luz a su hija en septiembre del año pasado, superar un lesión en el pectoral en Roland Garros y estar de vuelta en la final de un 'major', con seis impolutas victorias en el zurrón.
Desde la belga Kim Clijsters, en Australia 2011, ninguna madre triunfa en Grand Slam. Serena, quien reconoció que hace un año apenas podía caminar hasta su buzón por las operaciones sufridas tras el parto de su hija Olympia, tendrá este sábado, a partir de las 14:00 hora local (13:00 GMT) la oportunidad de retomar lo iniciado por Clijsters y demostrar que hay vida tenística tras la maternidad.
Para evitarlo, o, al menos, posponerlo un Grand Slam más, Kerber alcanza su segunda final en Wimbledon con la tarea de endulzar el mal sabor que le dejó la de 2016, cuando fue superada, poniendo resistencia, por su rival este sábado.
La germana ha tenido un camino recto hacia esta final. Solo se dejó un set y reverdeció el tenis que le dio sus mayores éxitos en 2016, cuando, aparte de la final en Wimbledon, se quedó con los títulos en Melbourne y Nueva York, además de subir por primera vez al número uno y colgarse la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Su excelsa actuación ante la letona Jelena Ostapenko en semifinales catapulta sus posibilidades en un escenario que ya conoce y en el que ha salido airosa en otras ocasiones.
No en vano, su primer Grande en 2016 lo izó tras deshacerse de Serena en la final.
Aunque luego llegase un 2017 lleno de sinsabores, Kerber ha recuperado en el All England Club el pundonor y la lucha que la moldearon como una reina dentro de la irregularidad del circuito.
En una edición llena de sorpresas y campeonas caídas, la alemana ha sido la única 'top 10' capaz de aguantar los envites. Como aspirante, tratará de alejar a Serena de la gloria. La estadounidense buscará abrazar una historia que podría haber llegado mucho antes.
"No he pensado en el récord de Court ni una vez", aseveró Serena. Quizás a partir de este sábado no tenga que hacerlo nunca más.