Doce años del día que Rafa Nadal hizo llorar a Roger Federer

Ninguno de los dos eran conscientes de los muchísimos retos, finales, partidos memorables y éxitos que les quedaban por vivir aún en las canchas de tenis. Y ya habían vivido varias frente a frente. Pero el 1 de febrero de 2009 es una fecha muy marcada en una de las mayores rivalidades de la historia del deporte. La protagonizada por Roger Federer y Rafa Nadal. Fue el día del primer y único triunfo del español en el Open de Australia. Fue el día en que el manacorense se convirtió en el tenista más joven de la historia en haber ganado un Grand Slam en tierra, en hierba y en pista dura. Fue el día en que Nadal hizo llorar a Federer.

Acudía Nadal a Melbourne como número 1 del mundo y primer cabeza de serie. Federer, que ya acumulaba tres copas en Australia (2004, 2006 y 2007) y 13 títulos de Grand Slam en total, era el #2 pero el gran ídolo del tenis mundial. El español fue dejando estas víctimas por el camino: Rochus, Karanusic, Tommy Haas, Fernando González, Gilles Simon y Fernando Verdasco, en una semifinal increíble en la que el madrileño casi doblegó al balear. Federer, en el otro lado del cuadro, coleccionaba el mismo número de presas: Andreas Seppi, Koroliov, Marat Safin, Tomas Berdych, Del Potro y Andy Roddick.

🇪🇸 @RafaelNadal begins February on the brink of tennis history 🏆

Winning #AO2021 would earn him a 21st Grand Slam title... the most men’s major singles trophies ever. #AusOpen

— #AusOpen (@AustralianOpen) February 1, 2021

La final prometía... y cumplió. Cinco maravillosos, agotadores y espectaculares sets. Nadal golpeó primero: 7-5. Federer reaccionó: 3-6. En la tercera manga llegó un 'tie-break' decisivo en el que el español se impuso a 3. Pero los grandes campeones nunca tiran la raqueta: Federer sacó a relucir su orgullo ante un Nadal que casi siempre lograba dominarle y forzó el quinto set con otro 3-6. En el definitivo, Nadal exhibió su mejor arma. Una fuerza mental sin parangón en el deporte mundial: 6-2 y un título histórico.

Sacó su mejor arma y también su gran clase: "Ver llorar a Roger me hace disfrutar menos". Nadal siempre se ha llevado de maravilla con el suizo dentro y fuera de las pistas. Federer lloraba aquel día porque se había quedado otra vez con las ganas de llegar a 14 Grand Slams, la mítica cifra de Pete Sampras. Marca hoy pulverizada tanto por él como por Nadal. Sólo unos meses atrás, Nadal le había destrozado anímicamente en el que para muchos es el mejor partido de la historia del tenis: la increíble final de Wimbledon 2008.