Children of the Sun: la teoría de la 'bala mágica' como mecánica de juego
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Un juego de francotirador donde sólo tienes una bala para acabar con todos
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Un título de puzles donde hay que hacer bailar las balas para que alcancen todos los objetivos
Seguro que has escuchado alguna vez la loca teoría de la 'bala mágica' que supuestamente acabó con la vida del presidente de los Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy en el atentado en Dallas del 22 de noviembre de 1963. Según esta teoría, presentada por la comisión Warren y admitida como 'cierta', una sola bala ocasionó todas las heridas no fatales tanto en el presidente Kennedy como en el Gobernador John Connally, adquiriendo distintos ángulos, girando en el aire varias veces y tomando varias trayectorias en un loco vuelo jamás visto anteriormente en una bala.
Pues esta teoría de la 'bala mágica' podría haber sido el motivo de inspiración del desarrollador indie René Rother al crear Children of the Sun, un videojuego que nos pone en la piel de un francotirador, pero que sólo puede disparar una bala por nivel y con ella tiene que eliminar un buen número de objetivos. Nuestra bala, como la bala mágica de JFK, tendrá que girar en el aire y hacer locos cambios de trayectoria para dar, de un sólo tiro, en todos los blancos.
Children of the Sun es el primer juego comercial de René Rother, que llega a PC de la mano de Devolver Digital (el primero comercial porque si visitas su página de itch.io encontrarás un montón de joyas de distribución libre). El desarrollador ha hecho de esta mecánica la base de un juego que mezcla el shooter con un juego de puzles, ya que al final resolver cada nivel dependerá de un cuidado planteamineto inicial la observación y una estrategia definida para encadenar las 'carambolas'. Un título tremendamente original, adictivo y que tiene de fondo una profunda historia de lo más sórdida y oscura que gira en torno a una peligrosa secta.
Catorce pájaros de un tiro
La mecánica del juego no puede ser más simple, en un principio, ya que nuestra protagonista, La Chica (una joven muchacha armada con su fusil, de la que no sabemos demasiado), aparece en los niveles en primer plano y sólo puede moverse de manera limitada hacia los lados para observar los objetivos desde lejos. Una vez hemos echado un vistazo desde esta posición que nos deja una visión limitada del entorno, podemos apuntar y así observar desde la mira de nuestro arma, lo que nos permite hacer zoom y marcar los objetivos. Después, tenemos que disparar, una sola vez y con esa única bala intentar eliminar a todos los objetivos del nivel.
Afortunadamente, nuestra protagonista, de la que sabemos muy poco pero parece que ha crecido dentro de una secta y ahora, no sabemos por qué, pretende vengarse de sus integrantes, cuenta con un poder sobrenatural. Este poder le permite cambiar la trayectoria de una bala a voluntad, y así hacer que cambie de dirección en el aire o tras golpear un objetivo. Este poder permite que, una vez localizados y marcados los objetivos (los tipos de la secta aparecen iluminados de amarillo en medio de los entornos sombríos del juego), acabemos con todos dibujando trayectorias posibles: disparamos al primero de los objetivos y, tras alcanzarle, el juego se ralentiza y permite que dirijamos la bala hacia el siguiente. Así, haciendo carambolas teniendo en cuanta los obstáculos que presenta el terreno, vamos eliminando a todos los objetivos. Simple, pero solo es el principio.
La mecánica funciona, supone un desafío y es altamente satisfactoria. Además el juego nos anima a superarnos en cada nivel, mejorando los tiempos y la forma de eliminar enemigos (un disparo en la cabeza puntúa más que en otro lugar del cuerpo) y nos asigna una puntuación que nos coloca en unas tablas de clasificación mundial. Mejorar nuestra puntuación nos invitará a rejugar los niveles y refinar nuestra técnica de eliminación con carambola balística. Y, por supuesto, los primeros niveles son relativamente sencillos, pero luego todo se complica y se añaden nuevos elementos a la ecuación.
Por ejemplo, para cambiar de dirección a la trayectoria de nuestra bala no sólo podemos apoyarnos en el impacto contra un objetivo, ya que podemos utilizar algunos otros elementos del entorno: por ejemplo, otros seres vivos como los pájaros o los peces y otros animales. También podemos dirigir nuestra bala contra el depósito de un vehículo, lo que, además de darnos un nuevo ángulo de tiro, provocará una explosión que también es una forma válida de eliminar enemigos. Así, iremos puliendo nuestras habilidades y aprendiendo nuevas maneras de usar nuestro poder. Los puzles se van complicando y habrá niveles que requerirán largos procesos de prueba y error hasta que podamos superarlos.
Una historia que no es lo que parece
Toda esta mecánica y la manera en la que se va complicando y añadiendo nuevas variables es suficiente para mantenernos enganchados y probar una y otra vez ese nivel que se nos atasca, hasta que lo superamos. Pero, además, el juego cuenta de una manera brillante una historia inquietante y nada convencional. Ya hemos dicho que empezamos casi sin concoer nada de la protagonista y su historia y será sólo en pequeñas cinemáticas entre cada nivel (sólo con imágenes béllamente dibujadas) cómo iremos descubriendo qué pasa aquí. La chica protagonista parece protagonizar la típica historia de venganza tras pasar su corta vida en el interior de una secta llena de fanáticos: Los Niños del Sol. Así, vemos cómo ha sufrido los desmanes de sus acólitos, y sobre todo de su líder, y quiere ver a todos arder y, sobre todo, quiere meterle una bala entre los sesos al líder de la secta.
Pero, según vamos avanzando, iremos conociendo mucho más y, desde luego, no todo es lo que parece. Iremos conociendo cómo la muchacha creció y su relación con los miembros de su familia y el resto de los miembros de la secta, cómo descubrió sus poderes y qué es lo que ocurrió para que ahora la tengamos al otro lado de la mira del rifle, eliminando a los acólitos uno por uno. No vamos a destripar nada más, pero podemos decir que la historia huye de los convencionalismos y que sus giros de guión (que mezclan una sórdida historia de fanatismo, poder y abusos sexuales) no te dejará indiferente mientras sigues apretando el gatillo.
A nivel técnico, el juego cuenta con un peculiar apartado gráfico, que desde luego no busca el realismo sino dar esa sensación oscura, misteriosa, mágica, onírica y hasta lisérgica. Y vaya si lo consigue. A esto se une una genial banda sonora y ni una sola palabra de los protagonistas. Todo contribuye a una agobiante sensación que nos hará, cada vez más difícil, apretar el gatillo.
Las conclusiones de Children of the Sun
El juego nos ha cautivado y, desde luego, es una propuesta realmente original. Su mecánica funciona y si te gustan los puzles y desafíos, los niveles están fabulosamente diseñados para tenerte entretenido un buen rato. Además la sensación de eliminar bajas es perturbadora pero satisfactoria, lo que va de la mano de una historia que te dejará muy mal sabor de boca (pero en plan bien).
Lo mejor:
- La mecánica de una sola bala es irresistible
- La historia y la forma de desvelarla es brillante
- Su rejugabilidad y su tabla de puntuaciones invita a probar una y otra vez
Lo peor:
- Desde luego, no es un juego para todos los públicos
- Puede resultar un tanto desconcertante en algunos momentos (no explica bien algunas mecánicas, sobre todo al principio)
85/100