No le sientan bien los parones al Unicaja. El equipo malagueño ha sufrido varios recesos en su calendario esta temporada con motivo de las Ventanas FIBA y las consecuencias no han sido las mejores. Ahora se encuentra en uno nuevo, ya que el rival al que se debía enfrentar esta semana, el Valencia Basket, se encuentra inmerso en la final de la Eurocup, por lo que el duelo entre ambos se ha aplazado, contando con dos semanas entre partido y partido. Pero aun siendo otro parón, este se vive como una situación diferente.
El Unicaja es un equipo acostumbrado a disputar competición europea, por lo que es rara la ocasión que no debe afrontar un encuentro cada 3-4 días. Por ello, se hace extraño ver que haya tanto espacio entre un choque y otro, pero la nueva realidad que ha supuesto en el calendario la aparición de las Ventanas FIBA ha provocado que hasta en tres ocasiones el equipo malagueño haya debido parar.
El primero fue durante la pretemporada. Fue una preparación atípica, ya que la mitad del mes de trabajo antes del inicio de la competición la pasó Casimiro sin efectivos con los que realizar los entrenamientos, pues más de media plantilla estaba con sus selecciones. Había miedo en que pudiese perjudicar a la adaptación de los jugadores, pero lo cierto fue que en aquella ocasión el Unicaja no lo acusó y comenzó la temporada como un tiro.
El segundo receso llegó a finales de noviembre. El conjunto cajista seguía en un buen estado y esta vez parar no le vino muy bien. A la vuelta a la competición, mal encuentro en su visita al Joventut, que marcó un alto ritmo y desarboló al Unicaja. Pocos días después llegó otra derrota, contra el Unics Kazan en Eurocup, y el buen ritmo volvió ya en el fin de semana, venciendo en el Carpena al Barcelona. Aunque poco después llegaría la lesión de Carlos Suárez, que ya debió parar en el partido ante el Unics Kazan, a la que le daba parte de culpa Casimiro al parón.
El tercero fue el más doloroso. Siempre se dice que lo mejor del deporte es que suele dar revancha pronto ante una derrota, pero en este caso no fue así. El Unicaja hizo un mal partido en Copa del Rey ante el Tenerife y estuvo más de quince días sin competir. Un tiempo que no le sirvió para coger fuerzas, sino todo lo contrario. El cuadro cajista deambuló en su visita al Baskonia y luego tuvo una eliminatoria ante el Alba Berlín de infausto recuerdo.
En esta ocasión, el parón viene provocado por el aplazamiento del partido de Liga Endesa ante el Valencia Basket, lo que quiere decir que Casimiro podrá trabajar estas dos semanas con toda su plantilla. Y esa es la buena noticia, contar con todos los jugadores. Estas dos semanas deben ser muy positivas para que tanto Alberto Díaz como Jaime Fernández vayan cogiendo tono.
Pese a la gran aportación de ambos en el encuentro ante el Joventut el pasado domingo, a los dos se les vio que los tres meses que Alberto ha estado lejos de la pista y los dos que ha estado Jaime aún hacían mella en su forma física. Ahora, con catorce días por delante, el base y el escolta deben llegar al choque ante el Breogán en un mejor estado.
Será primordial, pues tras el parón llegarán diez días con cuatro encuentros que disputar. Es momento de coger fuerzas para afrontar con las mayores garantías posibles el tramo final de la temporada, los play off de la Liga Endesa.